viernes, 27 de marzo de 2009

LLOVIA

Escribe: Victor Hugo Istrati

Llovía y las luces de los faroles resplandecían mucho más con la humedad,
el otoño quería salir y no dormir,
las hojas de los avellanos mostraban su belleza con movimientos ondulatorios y un colorido de atardecer,
Los pájaros jugaban con el viento bajo sus alas, el cielo se tornaba gris, a veces formaba
figuras familiares,
más de una de ellas creí reconocer alguna tarde.


Las bancas en las plazas se llenaban de abrazos formando solo un pensamiento y
sentimiento.
La imaginación de muchos amantes tímidos se volcaba desde su corazón a los labios de su compañera con aroma a sueños, húmedos, cálidos.


Las caricias eran intensas, manos aterciopeladas atraían susurrando talles femeninos cerca de
su pecho,
algunos menos afortunados querían solo correr y buscar en sus cajones un soplo de recuerdos esmaltados con un amor corroído por el tiempo.


Yo, te tenia a ti y cada noche antes de meterme a la cama imaginaba que estabas cerca, con tus caderas cerca de las mías, sintiendo cada roce tuyo, cada cabello en mis labios, tu aroma se mezclaba con té y canela. quería sentirte siempre así. Los delgados vellos de tu cuerpo erizaban mi cuerpo de emoción, comprendía que no quería perderte nunca, que cada respirar tuyo hacia que el mío se detuviese para sentirte mucho mejor. Tu piel deslumbraba las yemas de mis dedos y se tornaban suaves solo para poder tocarte...


Llovía y las luces de los faroles resplandecían mucho más con la humedad y en ti solamente quise pensar.
Llovía y yo pensaba en tu humedad.

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