lunes, 26 de enero de 2009

La moral sexual católica no son normas restrictivas


Entrevista a Monseñor Livio Medina


Es una eminencia en el ámbito de la moral sexual. Y no sólo por presidir el Pontificio Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, sino porque su forma de exponer la doctrina católica en el espinoso asunto de la sexualidad es valiente y meridianamente clara.



El Papa ha manifestado que muchos católicos están alejados de la Iglesia en el terreno de la moral sexual. ¿Por qué se produce esta distancia?
Porque los católicos comparten las tentaciones del mundo, y muchos asumen su mentalidad. Y porque, frente a la cultura que gobierna, tienen complejo de inferioridad a la hora de hablar de sexualidad. Muchos católicos se sienten acomplejados porque entienden su propia propuesta moral como normas prohibitivas que impiden hacer algo. Sin embargo, Benedicto XVI ha subrayado que la propuesta cristiana es un buen anuncio, un evangelio sobre la grandeza de la vida, también en lo que afecta a la sexualidad. Frente a una revolución sexual que separa la sexualidad de la donación de uno mismo, de la transmisión de la vida, de las relaciones en el matrimonio e, incluso, de la diferencia sexual hombre-mujer, el mensaje cristiano presenta la sexualidad humana desde el interior del amor. Es una vocación a darse a sí mismo y construir una unión fecunda, abierta a la transmisión de la vida.


En la época del ‘Yo no corono rollo con bombo’, ¿cómo se puede transmitir la propuesta cristiana a los jóvenes?
Tenemos que albergar una gran esperanza, porque la verdad de la sexualidad humana no es algo impuesto a los jóvenes desde fuera, sino que está grabada en su corazón y sólo tenemos que ayudarles a descubrirlo. Cierto que hay influencias contrarias, además de las tentaciones propias de la vida, pero nuestra visión está profundamente grabada en cada uno. Ésa es nuestra primera baza. La segunda es la del testimonio: el mejor argumento para los jóvenes es realizar la propuesta cristiana desde el testimonio alegre, por novios y matrimonios que están realmente felices con su vida.

¿Entonces es que a los católicos nos falta valor?
Sí, pero también ocurre que muchos jóvenes, cuando escuchan por primera vez el anuncio cristiano, se preguntan: ¿Esto es realmente posible en mi vida? Si no encuentran respuesta, esta grandeza se vuelve resentimiento. Por eso es importante realizar un anuncio de la misericordia de Dios, que nos acompaña durante el camino; y decirles que éste no es un ideal lejano, sino que, por la gracia de Dios, y dentro de las fragilidades humanas, es un camino posible.
Una de las críticas que se hace a la Iglesia es que no es posible vivir el celibato, ni la castidad, ni la continencia…

Castidad no es lo mismo que continencia.
La castidad es una virtud del amor y, por tanto, no es contener los instintos, sino modular, desde la afectividad, los impulsos que surgen en las relaciones entre hombre y mujer. Lo que tenemos que hacer es enseñar a amar. Hacer que el propio cuerpo, el encuentro con el otro, los deseos y las ilusiones de la persona se armonicen en la construcción de la vida. Una vida entendida como comunión de personas, como un don de sí mismo a otro.

Ante eso, muchos jóvenes responden que toda forma de controlar la sexualidad coarta la libertad…
La razón no tiene que controlar con normas restrictivas un mundo que sería confuso y anárquico, sino dar forma al don de uno mismo que está inscrito en la sexualidad humana. Uno de los mayores problemas para el anuncio cristiano es que tenemos que pasar de una idea de la educación sexual como control a través de normas (las normas son importantes, pero secundarias) a una educación en la virtud. Hemos de reconocer el significado que está inscrito en el cuerpo, en las pasiones humanas y en la sexualidad, y llevarlo a la virtud. La moral sexual católica no es un conjunto de normas restrictivas.

¿Falta que ciertas voces dentro de la Iglesia se formen mejor y, sobre todo, acordes al Magisterio?
Hay que conocer mejor la enseñanza de la Iglesia, sobre todo las catequesis de Juan Pablo II, que liberó la visión cristiana del amor humano de toda impresión de rechazo a la corporeidad. Faltan personas que acompañen a los jóvenes y a las parejas. Debemos ofrecer los medios adecuados para ese camino, que no son sólo información, sino formación en la virtud, y una enseñanza sobre los métodos naturales para el control de la fecundidad. Y, sobre todo, hay que propiciar vivir juntos en una comunidad cristiana, porque solos no podemos. Antes se enfatizaba la sexualidad como fuente de problemas que deben ser reprimidos. Está muy difundida la idea de que la Iglesia no debe hablar de sexualidad, aunque se hable de ello en todos sitios, porque la Iglesia respeta la conciencia de los fieles. Pero es que los fieles tienen que ser iluminados en este asunto. La sexualidad no es el tema principal de la evangelización, pero sí lo es el anuncio de Jesucristo, que salva al hombre en su totalidad, incluida su dimensión sexual.
Nota: Esta entrevista fue realizada por José Antonio Méndez y publicada originalmente por Alfa y Omega.

El gobierno de Evo aprobó el examen electoral

El oficialismo boliviano obtuvo alrededor del 60 por ciento de los votos totales frente al 20 por ciento del opositor Poder Democrático Social. Así, se quedó con 135 (de 255) constituyentes y Podemos con 60. El No ganó en 5 de 9 departamentos, el Sí autonómico se dio a nivel local en Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, la zona más rica.

Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz

Cautela, alivio y festejos. Esa fue la secuencia en los ánimos que predominaron en el entorno del presidente Evo Morales –que rompió la cábala de las últimas elecciones y siguió los comicios desde la residencia presidencial en La Paz– luego de conocerse los resultados en boca de urna. El sistema electoral boliviano prevé la elección de constituyentes plurinominales –por departamento– y uninominales –por circunscripción–, por lo que el análisis de los resultados se pareció a una digestión lenta. Poco a poco se fue perfilando la tendencia: Morales pasaba con holgura la prueba del plebiscito sobre su gobierno al conseguir el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) alrededor del 60 por ciento de los votos totales frente al 20 por ciento del opositor Poder Democrático Social (Podemos, liderado por el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga) y 135 constituyentes sobre 255, frente a 60 de Podemos.
Es decir la mayoría absoluta de la convención. A las 21.45 el presidente dio un mensaje en los jardines de la residencia presidencial de San Jorge. “Ganamos por partida doble, el No a nivel nacional y el 60 por ciento de los votos para la Asamblea Constituyente”, dijo Morales. “Con este apoyo se consolida la nacionalización y el camino antineoliberal expresado en nuestra revolución democrática y cultural”, agregó.“Fue una paliza electoral del MAS”, dijo el presentador televisivo y militante de la oposición Eddy Luis Franco al presentar los guarismos.
Sin embargo, la victoria tenía algo de sabor amargo: pese a un triunfo del No en el ámbito nacional, el referéndum autonómico les daba un amplio triunfo a los movimientos autonomistas del oriente del país. La plaza central de Santa Cruz de la Sierra se fue tiñendo de verde y blanco al conocerse que el 80 por ciento le dijo Sí a la autonomía, porcentaje que bajó más tarde al 73 por ciento. Esos resultados se repetían en el menos poblado departamento de Beni, mientras que en Pando y Tarija la diferencia entre el Sí y el No era menos holgada. “Pedimos libertad y hoy somos libres”, gritó el prefecto de Beni, Ernesto Suárez, al descubrir un “monolito de la autonomía”, como si se tratara de un territorio ocupado por una potencia extranjera. “Se acabó el orgasmo del MAS”, dijo el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, poniendo de relieve que las autonomías se viven como un límite al poder del “populista” Evo Morales.
Desde el gobierno respondieron que se trató de un referéndum nacional y la mayoría de los bolivianos rechazó las autonomías. Y ésa será la madre del cordero de la convención: cómo compatibilizar el Sí cruceño y oriental con el No paceño y occidental.Los autonomistas consideran suficiente el voto afirmativo local, mientras que los antiautonomistas se basan en las preferencias nacionales, que le dieron un 56 por ciento a la opción negativa.
Dos sorpresas: en Santa Cruz, el MAS peleaba palmo a palmo el primer lugar departamental con Podemos, con el 25 por ciento cada uno, mientras que en Tarija ocupaba un segundo lugar el oficialismo con el 39 por ciento. En el occidente del país, la hegemonía masista fue contundente con casi al 70 por ciento en La Paz y bastante más del 50 por ciento en Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca. En Beni y Pando ganó la derecha.
Con este resultado el MAS aspira a ganar siete de los nueve departamentos. Y quedó en claro que muchos votantes le dijeron Sí al presidente pero también a las autonomías rechazadas por el mandatario indígena.Estos guarismos dibujan un complejo mapa poselectoral. “El sistema electoral de la Constituyente favorece a las minorías, por eso el MASobtendrá una representación menor a los votos que obtuvo”, señaló el analista Roberto Barbery. De allí que el gobierno ya esté pensando en la ingeniería electoral para conseguir la mayoría de dos tercios necesaria para aprobar la nueva Carta Magna. Según fuentes consultadas, se manejan dos opciones adicionales.
Una es que la Asamblea Constituyente proponga dos proyectos constitucionales –uno por la mayoría y otro por la minoría– y los bolivianos elijan uno de ellos mediante referéndum. Otra opción es que los constituyentes deroguen la necesidad de los dos tercios, impuesta en las negociaciones por la derecha, y aprueben los cambios constitucionales con el 50 por ciento más uno, un número con el que cuenta el oficialismo.“El triunfo del No es el más triste de la historia, nadie puede festejar que ganó el centralismo”, dijo provocativamente desde Santa Cruz el periodista y activista de la autonomía Carlos Valverde.
Desde el gobierno se apresuraron a revertir el clima que se vivía en las filas del MAS y cambiaron la reflexión por los festejos. Dos llamadas telefónicas alcanzaron para que un grupo de simpatizantes se concentrara ante la residencia presidencial cantando el clásico de los ’80 “Para el pueblo lo que es del Pueblo” y varios ministros coparan radios y canales de TV para explicar que el gobierno ganó ampliamente los comicios y que Morales pasó con éxito su primer examen electoral como presidente.“Es la victoria más contundente de la historia boliviana”, dijo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
“Gonzalo Sánchez de Lozada ganó con el 33 por ciento de los votos y los medios titularon victoria histórica, nosotros ganamos con casi el 60 por ciento y quieren hacer ver que perdimos”, dice otro funcionario con llegada al presidente. Con el avance de la noche el oficialismo desbordaba cada vez más optimismo.En la noche predominaron los pronunciamientos moderados, tanto en el gobierno como en la dirigencia regional cruceña convocaron al reencuentro y a la unidad nacional. En definitiva, tanto unos como otros tenían qué festejar

domingo, 25 de enero de 2009

Presunta Estafa?

DECLARACIÓN PUBLICA

“Mi gestión por estos largos 16 años se ha destacado por su transparencia y por la alta eficiencia en la gestión municipal, por ello y por la lealtad a los vecinos de la comuna y en pos de la limpieza total de mi trabajo municipal, presenté a la fiscalía local de Calama denuncia POR FRAUDE AL FISCO Y ESTAFA en contra quienes resulten responsables de los hechos materia de la denuncia en el proyecto denominado “Construcción piscina techada gimnasio de San Pedro de Atacama”.

Esta obra tiene un costo total de 612 millones de pesos aproximados y se calcula que el monto de lo defraudado ascendería a un 30 por ciento del total.

Es así como, Sandra Berna Martínez realizó esta denuncia contra la empresa contratista responsable de la obra y de quienes resulten involucrados en el tema. Al respecto manifestó “no puedo guardar silencio ante esta situación que catalogo como “inaceptable” que nos perjudica a todos, tanto a este municipio como a todos los trabajadores de la empresa que hace un tiempo, no gozan del pago efectivo de sus remuneraciones, no obstante que la empresa recibió sumas que excedían largamente lo que fue ejecutado por la empresa, es decir,“estamos hablando de obras que no están ejecutadas y fueron pagadas por el municipio”.

“Doy la cara, como siempre lo hecho, aquí estoy, los tribunales de justicia investigarán las responsabilidades penales de los involucrados.”

Informó que “hoy este municipio efectuó el cobro de las boletas de garantías y retenciones del contrato, “con este hecho respaldamos que la obra concluya en términos de tiempo y calidad”, expresó la Alcaldesa.

“De acuerdo a una investigación interna efectuada por el departamento de obras municipales, DOM, se realizó un completo estudio sobre estados de pago, recepción de obras y derechamente estas no coinciden, es por ello que al detectarlo, se hizo la demanda por estafa”, prosiguió.

Se suma la lamentable situación de los trabajadores de esta empresa que hace dos meses no reciben sus salarios. “Estoy muy interesada como alcaldesa y como trabajadora que se resuelva a la brevedad el pago de sueldos de los trabajadores. Asimismo me pongo a disposición de la justicia con todos los antecedentes en la mesa, para esclarecer en transparencia lo acaecido con la lamentable estafa sufrida por este municipio como por los trabajadores de la empresa”, concluyó Sandra Berna Martínez.

Se informó, en sesión ordinaria al nuevo concejo municipal sobre la situación, quienes de esta manera toman conocimiento apoyando el procedimiento legal que ha realizado el municipio frente a dicha estafa.

De esta manera, la primera autoridad de la comuna resolvió INFORMAR a LA COMUNIDAD Y MEDIOS DE COMUNICACION frente a los hechos que configurarían EL DELITO FRAUDE AL FISCO presunta estafa que se cometiera en el proyecto “Construcción piscina techada gimnasio de San Pedro de Atacama”.

miércoles, 21 de enero de 2009

Los diez mandamientos y el siglo XXI

Escribe:Carlos Fernández Liria
El Viejo Topo
"En tanto que se cree en Dios, es plausible hacer el Bien PARA ser moral. La moralidad se convierte en un cierto modo de ser ontológico e incluso metafísico que nos es posible alcanzar. Y como se trata de ser moral a los ojos de Dios, para alabarle, para ayudarle en su creación, la subordinación del hacer al ser es legítima. Pues, practicando la caridad no servimos más que a los hombres, pero, siendo caritativo, servimos a Dios. (...) Es legítimo ser el más bello, el mejor posible. El egoísmo del Santo está justificado. Pero que muera Dios, y el Santo no será más que un egoísta: ¿a qué sirve que tenga el alma bella, que sea bello, sino a sí mismo? A partir de este momento, la máxima "actúa moralmente para ser moral" está envenenada. Lo mismo que "actúa moralmente por actuar moralmente".
Es preciso que la moralidad se supere hacia un objetivo que no sea ella misma. Dar de beber al sediento no por dar de beber, ni para ser bueno, sino para suprimir la sed. (...) [La moralidad] debe ser elección del mundo, no de sí".Jean Paul Sartre1Nota aclaratoria. Este artículo es la trascripción de una ponencia que pronuncié el 25 de julio de 2006 en uno de los Cursos de Verano de El Escorial (“Occidente: Razón y Mal”) organizado por la Universidad Complutense de Madrid y patrocinado por la Fundación del BBVA. Estaba previsto publicar las ponencias del curso en un libro financiado por esta Fundación. Durante ya casi dos años mostraron todo tipo de reticencias para la publicación de mi artículo, alegando que no se trataba de censura ideológica, pues mi intervención había carecido de “rigor académico y de seriedad científica”.
Para no perjudicar a los otros autores que participaban en el libro, accedí varias veces a practicar la autocensura, limando expresiones coloquiales y suavizando el tono en la versión escrita de mi ponencia. Pero finalmente, han dejado claro que el libro no saldría si yo no retiraba mi contribución. Hacía año y medio que estaba deseando quedar liberado de mi compromiso, de modo que me alegro de poder publicar por fin este texto por otras vías. Lo grave no es el tiempo que se me ha hecho perder (desdichadamente el tema está lejos de quedarse anticuado). Lo grave es que esta anécdota es un síntoma fatal que anuncia un futuro muy nefasto para el mundo académico y la Universidad pública. El proceso de Convergencia Europea en Educación Superior, lo que se llama el “proceso de Bolonia”, se articula sobre la subordinación de toda financiación pública a la previa obtención de una financiación privada.
Así, en lugar de financiar el mundo académico con criterios científicos, independientemente de la autoridad del mercado, se financia con dinero público tan sólo aquellos proyectos que interesan al mundo empresarial. Somos muchos los que llevamos advirtiendo que esta mercantilización de la Academia supone el colapso de la Universidad pública a medio plazo. Mi “competencia científica” y mi “rigor académico”, por ejemplo, tendrían que haber sido juzgados exclusivamente por los organizadores académicos del Curso (o por los miembros del tribunal de oposiciones con el que gané en su día la libertad de cátedra en tanto que profesor Titular de la UCM). Repugna a la idea misma de Academia que una institución privada, un Banco, tenga algo que opinar al respecto.
Sin embargo, esta es la situación que se está generalizando con el proceso de Bolonia: la financiación privada tendrá en adelante la última palabra en el mundo académico, condicionará los planes de estudios, los proyectos de investigación, la distribución de departamentos, facultades y escuelas. La Convergencia Europea es el equivalente de una reconversión industrial en la Universidad. Es difícil entender cómo puede haber quien no lo vea claro2.
Para ilustrar la anécdota con la Fundación del BBVA, he preferido dejar el texto lo más parecido posible a la versión original del evento, respetando el estilo oral de la intervención.
Ponencia:
Nuestro tema es “Occidente: Razón y Mal. El mal en la política”. Hay que comenzar constatando una desorientación moral muy profunda. Esto es algo que podemos apreciar fácilmente con tan solo que pensemos en lo que a mí me parece un misterio insondable. Diez millones de votantes del PP apoyaron la invasión de Iraq argumentando que Sadam Hussein disponía de armas de destrucción masiva. El misterio, lo que a mí me parece el enigma moral más profundo de lo que llevamos de siglo, es que ahora que se sabe que jamás hubo en Iraq armas de destrucción masiva, y ahora que, además, se sabe que siempre se supo que no las había (ahora que se sabe que Bush, Blair y Aznar mintieron) de todos modos, esos diez millones de votantes van a seguir votando al PP (y muchos más millones a Blair y Bush).
Se trata, como digo, de un misterio insondable que, por cierto, nosotros tenemos la obligación de abordar, pues para eso nos pagan a los profesores, investigadores, becarios y catedráticos de ética. Nuestra obligación, si es que queremos cumplir con nuestra profesión, es abordar la cuestión de qué ha ocurrido con la consistencia moral contemporánea para que ocurran esas cosas tan extrañas. Yo diría que todos deberíamos estar escribiendo un libro que, por cierto, ya ha escrito Fernando Savater: Los diez mandamientos en el siglo XXI. Lo que pasa es que ese libro es malo, pero malo con ganas. Pero su título es de lo más oportuno: tiene que haber algo muy mal planteado en la manera en que entendemos los mandamientos para que nuestra conciencia moral haya enfermado hasta los límites nihilistas que traspasan todos los días nuestros medios de comunicación. El delirio moral en el que estamos sumidos es sólo comparable al descalabro que causó la Iglesia católica durante el franquismo en la conciencia de los españoles. Cuando yo era pequeño, era pecado ver Lo que el viento se llevó, y los adolescentes, según los padres de la iglesia, iban al infierno por masturbarse.
Sólo una secta de psicópatas puede perder hasta ese punto el sentido de las proporciones, pues en esa misma época se consideraba cosa discutible si también deberían ir al infierno los policías de la dictadura argentina que (en el cumplimiento de su deber) violaban, torturaban y desaparecían a no pocos de esos adolescentes abocados a las llamas del infierno. Para ser realistas, hay que decir que la Iglesia no ha recuperado demasiado el sentido de las proporciones. Aplicando sus peculiares parámetros, el papa Woytila, al que ahora quieren canonizar, le daba la comunión a Pinochet y medio excomulgaba a los teólogos de la liberación, dejándoles con el culo al aire en una situación en la que muchos de ellos no tardarían en ser asesinados. Tan sabia decisión se tomó por consejo del cardenal Ratzinger, nuestro papa actual3.
Ahora bien, no cabe duda de que el papel de los medios de comunicación respecto del nihilismo contemporáneo es mucho más importante que el de la Iglesia. Los periodistas y los intelectuales mediáticos son los nuevos sacerdotes y obispos de este mundo secularizado en el que se ha vuelto imposible distinguir el bien del mal. Y algo de responsabilidad tendremos también en el mundo académico.Probablemente, como consecuencia del bloqueo a Iraq a partir de la primera guerra del golfo, murieron un millón y medio de personas inocentes. Cerca de un millón más han muerto a causa de la guerra y de la destrucción de infraestructuras. El país está sumido en una guerra civil y sembrado de uranio empobrecido. En Iraq las embarazadas ya no preguntan al médico si es niño o niña, sino si viene o no con malformaciones.
La gravedad de todo esto sólo es equiparable a la gravedad de que todo esto esté ocurriendo mientras conservamos nuestra tranquilidad de conciencia. Probablemente el nihilismo nunca había llegado tan lejos entre nosotros ni había gozado de tanta impunidad. Ni siquiera en esa situación tan vehementemente denunciada por Hannah Arendt, lo que ella llamó “el colapso moral de la población alemana”, una población que más o menos sabía y no quería saber que sabía de la existencia de Auschwitz y que con su indiferencia y su banalidad se hizo cómplice del holocausto. Los campos de concentración sobre los que se levanta nuestra tranquilidad de conciencia europea son demasiado grandes para rodearlos con alambradas. Nos sale mucho más rentable rodearnos nosotros mismos de alambradas: encerrarnos en una fortaleza inexpugnable, materializar con púas y cuchillas la “solución final” de nuestras leyes de extranjería, y dejar que la economía internacional se encargue por sí sola de perpetrar el exterminio.
No es sólo que esto salga mucho más barato. Es que sale muy rentable, tan rentable que sus efectos superan con mucho la audacia de los surrealistas. La realidad se ha convertido en un chiste, en una broma de mal gusto. Según el último informe de Naciones Unidas, por ejemplo, resulta que el 1 % de la población adulta del planeta acapara el 40 % de la riqueza mundial, mientras que en el otro extremo el 50 % de la población apenas cuenta con el 1 % de la riqueza. Cuando lees estos datos piensas que están equivocados. Claro que, según un cálculo elemental, para que una de las 2500 millones de personas que subsisten al día con 2 dólares diarios, llegara a amasar, con el sudor de su frente, una fortuna como la de Bill Gates, tendría que estar trabajando (ahorrando todo lo que ganara) 68 millones de años. Otro chiste: por un anuncio de zapatillas deportivas Nike, Michael Jordan cobró más dinero del que se había empleado en todo el complejo industrial del sureste asiático que las fabricaba.
Por supuesto que para que un absurdo tan abyecto se encarne en la cruda realidad de cada día hace falta administrar mucha violencia, cortar el planeta con muchas alambradas, deslocalizar poblaciones, descoyuntar, en definitiva, el cuerpo entero de la humanidad.Es muy sintomático que Hannah Arendt esté hoy día tan de moda. Los estantes de las librerías están repletos de libros de Arendt, se cita a Arendt en el Parlamento, tenemos a Arendt hasta en la sopa. A todo el mundo le resulta interesantísimo que un pueblo entero, el pueblo alemán, colapsara moralmente en los años treinta del pasado siglo XX. En cambio, se lee muy poco (de hecho, ni siquiera se le traduce demasiado) a Günther Anders, quien fuera, por cierto, su marido. Anders se ocupó más bien de denunciar la continuidad de ese colapso moral entre nosotros, en la conciencia occidental en general. Lo que le preocupaba era que nos habíamos vuelto analfabetos emocionales y que eso nos abocaba a una abismo moral en el que todos nos hacíamos cómplices de un holocausto cotidiano e ininterrumpido. A mediados de los ochenta, Anders renegó del pacifismo en el que había militado toda su vida de forma tan activa y argumentó que la única solución era la violencia. “Hemos hecho todo lo posible por convencer al mundo y está claro que no vale de nada”. “El mundo no está amenazado por seres que quieren matar sino por aquellos que a pesar de conocer los riesgos sólo piensan técnica, económica y comercialmente”.
La economía capitalista ha llevado el planeta a un callejón sin salida4. La situación es tan grave que, hoy día –plantea Anders- el recurso a la violencia por parte de los movimientos antisistema debe considerarse, sin más, legítima defensa. Estamos amenazados, la población mundial está amenazada de muerte, por vulgares hombres de negocios con aspecto inofensivo. “Considero ineludible que nosotros, a todos aquellos que tienen el poder y nos amenazan, los asustemos. No hay que vacilar en eliminar a aquellos seres que por escasa imaginación o por estupidez emocional no se detienen ante la mutilación de la vida y la muerte de la humanidad”. Estas citas están sacadas de un libro titulado Llámese cobardía a esta esperanza, que publicó una editorial marginal5 que, por supuesto, no ha gozado de la fortuna comercial de los editores de Hannah Arendt.Günther Anders explica el insólito fenómeno de la tranquilidad de conciencia contemporánea aludiendo a lo que el llama “el desnivel prometeico”6.
Es la idea de que, actualmente, somos capaces técnicamente de producir efectos desmesurados con acciones insignificantes. Aprietas un botón y una bomba cae sobre Hiroshima y mata a 200.000 personas. La desproporción entre la acción y sus efectos es tan grande que la imaginación se desorienta. Es imposible, por otra parte, vivir emocionalmente la muerte de 200.000 personas. Los seres humanos estamos hechos para sentir la muerte de un ser querido, incluso de bastantes seres queridos y no queridos. Pero el número 200.000 no nos dice nada emocionalmente. Hannah Arendt contaba que, durante su juicio en Jerusalén, el genocida Eichmann explicaba con naturalidad que su trabajo consistía en aligerar el ritmo de la cadena de exterminio de judíos. Así pues, desde su punto de vista, era un éxito laboral el que, gracias a ciertas mejoras técnicas en la rutina del exterminio, se lograra eliminar 25.000 personas al mes, en lugar de 20.000. Ahora bien, en una ocasión en que unos testigos le acusaron de haber estrangulado a un muchacho judío con sus propias manos, Eichmann perdió los estribos y se puso a gritar desesperado que eso era mentira, “que él nunca había matado a nadie”.
Estrangular a una persona es insoportable para una conciencia moral normal, administrar la muerte de un millón de personas es pura rutina.Pero el problema es que siempre estamos ya, lo queramos o no, apretando esos botones que producen efectos demasiado grandes para nuestra capacidad de imaginar y de sentir. Susan George comparaba a los ejecutivos que teclean pacíficamente en su ordenador del Fondo Monetario Internacional con los pilotos de un B-52 que aprietan los botones de un tablón de mandos para dejar caer toneladas de bombas sobre una población civil. Probablemente los pilotos no pueden representarse fácilmente el desajuste que hay entre la insignificancia de su gesto sobre el tablero y la desmesura de sus efectos, ahí abajo, sobre la ciudad bombardeada.
Con mucha menos razón, el ejército de ejecutivos que deciden sobre las medidas económicas que se aplican a lo largo y ancho del planeta (y el ejército de periodistas e intelectuales que les hacen el juego), no están en condiciones de hacerse cargo moralmente de este “desnivel prometeico” entre “su trabajo”, rutinario y pacífico, y el océano de miseria y de dolor sobre el que están produciendo sus efectos.Anders responsabiliza a la complejidad de la técnica y la industria de este “desnivel prometeico”. Yo diría que no se trata tanto de una cuestión de complejidad técnica como de una cuestión de complejidad estructural. Sea como sea, su intuición es acertada. Cuando la voluntad está separada de sus efectos por una complejidad muy grande, la voz de la moral se desconcierta por entero.
En general vivimos en un mundo tan complejo desde un punto de vista técnico y estructural que todas nuestras acciones, incluso las más aparentemente insignificantes, tienen unos efectos colaterales imprevisibles. Dicho brevemente: estamos sumidos en una situación en la que no hay manera de saber lo que estás haciendo cuando haces lo que haces. Por supuesto, en estas condiciones, la voz de la moral no sabe a qué atenerse. Es demasiado complejo distinguir entre el bien y el mal.Voy a poner un ejemplo. Tengo aquí unas páginas de El País7. Son del 2 de septiembre de 2001, publicadas a todo color en la sección de los domingos. La gente debió de leerlas mientras lavaba su coche o desayunaba con su familia, a la salida de misa o durante una comida campestre. Quizás sintieron que su conciencia caía en un abismo ético... o quizás no sintieron nada. No se trataba de un panfleto de extrema izquierda, de esos que se leen con escepticismo. Era El País, un reportaje sobre la guerra del Congo, por cierto que muy bueno, de esos que se cuelan de vez en cuando en los medios. El titular de la noticia decía: “Según Naciones Unidas, el tráfico ilegal de coltan es una de las razones de una guerra que, desde 1997, ha matado a un millón de personas”. En las minas de coltan en la República Democrática del Congo, se nos decía, trabajan niños esclavos.
Los ejércitos de Ruanda y Uganda se disputan el tráfico de este mineral sumiendo el país en una guerra civil en la que nadie quiere pensar. El caso es que este mineral es vital para el desarrollo de la telefonía móvil y de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, la escasez de este mineral había provocado otro efecto dramático: la videoconsola Play Station 2 tuvo que posponer su lanzamiento al mercado, provocando grandes pérdidas de beneficios a la casa Sony.Mirado fríamente, es insólito que eso salga un día en El País y al día siguiente todo siga igual. Es incluso enigmático. El otro día decían (también en El País) que los muertos de la guerra del Congo se calculan ya en cuatro millones. Mientras tanto, la videoconsola Play Station 2 ya se quedó anticuada y los móviles siguieron desarrollándose vertiginosamente desde ese domingo en que salió la noticia.No es fácil saber hasta qué punto tenemos las manos manchadas de sangre cada vez que llamamos por el móvil o que nuestro hijo juega a la videoconsola.
Sin duda que estamos metidos hasta las cejas en el entramado estructural que genera esas guerras. Sin embargo, llamar por el móvil es llamar por el móvil, no matar a nadie. Y por supuesto, dejar de llamar por el móvil tampoco va a salvar la vida a nadie. El móvil, bien mirado, es un invento magnífico ¿quién puede negarlo? Si cuando llamo por el móvil estoy teniendo una oscura e imprevisible relación intangible con no sé qué conflicto sangriento de África, la culpa, desde luego, no la tiene el móvil, ni yo por utilizarlo. No podemos evitar ser piezas de un engranaje muy complejo, en el que todo está ligado entre sí por caminos imprevisibles que nadie ha decidido. Esta complejidad, es cierto, hace que, como decía Günther Anders, nunca podamos estar seguros de lo que estamos haciendo cuando hacemos lo que hacemos.
Nunca podemos estar seguros de los efectos indirectos de nuestra acción directa, como dice Franz J. Hinkelammert8.El problema es que cuando el mundo alcanza un determinado nivel de complejidad, la máxima de no violar los mandamientos se convierte en una receta envenenada. La propia moralidad se transforma en la gran coartada de un mundo criminal. Todo el mundo llama por el móvil y todo el mundo revienta en el Congo sin que nadie viole los mandamientos. Nadie tiene la culpa de que el mundo se haya convertido en algo tan complejo. En esta complejidad insondable, por ejemplo, se amparan los votantes del PP para considerar que algo bueno tendrá incluso algo evidentemente malo, como la invasión de Iraq.
Al final, todo será para bien. Hay cosas que parecen muy dañinas para los seres humanos, pero que son muy buenas para que vaya bien la economía. Y no hay que olvidar que los seres humanos dependen a vida o muerte de su economía. Conviene, por lo tanto, hacer las cosas que convienen a los que tienen la sartén por el mango de la economía internacional. Conviene, pues, apoyar la política de los Estados Unidos, y vuelta a empezar, así con cualquier tema imaginable. Mientras tanto, todo el mundo puede vivir con la conciencia tranquila: hasta donde nos llegan las narices, no se ve que nadie haya violado ningún mandamiento.Y sin embargo, por muy complejo que se haya vuelto en este mundo distinguir el bien del mal, hay una cosa que seguro que es mala, y esta cosa es, nada más ni nada menos, el hecho mismo de que exista un mundo así. Si vivimos en un mundo en el que “es imposible saber qué es lo que realmente estás haciendo cuando haces lo que haces”, entonces es que vivimos en un mundo muy malo.
El lema de los movimientos antiglobalización –“otro mundo es posible”, “otro mundo tiene que ser posible”– se convierte en un imperativo ético insoslayable. Es insoportable vivir en un mundo en el que basta meter los ahorros en una cuenta corriente de Caja Madrid para tener que preguntarte con cuántas ignominias y matanzas estás colaborando sin saberlo. Es intolerable un mundo en el que te tienes que alegrar de que en España se fabriquen bombas de racimo, pues al menos en eso parece que sí que somos competitivos a nivel internacional9.Sin duda alguna, el concepto más interesante que se forjó en la reflexión ética y moral del siglo XX fue el concepto de “pecado estructural”. Este concepto era la columna vertebral de la llamada Teología de la Liberación y los que se ocuparon de pensarlo eran fundamentalmente curas, obispos, cristianos de base que estaban directamente comprometidos en cambiar un mundo injusto y criminal. Mientras ellos se jugaban la vida y daban de lleno en la diana del problema ético de nuestro tiempo, la filosofía académica de izquierdas y de derechas estaba completamente en la Luna, haciendo tonterías con los textos de Deleuze y de Foucault, ideando genialidades para poner a discutir a Rawls con Habermas, a ver si así descubrían la pólvora, y, también, cómo no, leyendo a Rorty y cositas de parecido calado.En este mundo las estructuras matan con mucha más eficacia y de forma mucho más masiva que las personas.
La capacidad de ser inmoral que tienen las personas es casi patética comparada con la inmoralidad de las estructuras. En estas condiciones, la cuestión moral pertinente es qué responsabilidad tenemos respecto a las estructuras. La pregunta ya no puede ser ¿qué puedo hacer yo para no violar los mandamientos en ese mundo que no llega más allá de mis narices? En un mundo en el que las estructuras violan los mandamientos con una eficacia colosal e ininterrumpida, es inmoral limitarse a respetar los mandamientos… y las estructuras. El primer mandamiento, por el contrario, atañe a nuestra actitud respecto de las estructuras. Y para responder a esta cuestión, en primer lugar, hay que responder a esta otra ¿en qué consisten esas estructuras? ¿De qué son estructuras esas estructuras? Así pues, en primer lugar, deberíamos estar todos estudiando economía.
El primer mandato moral debería ser: ponte a estudiar economía y no pares hasta que no averigües en qué consiste este mundo. Y mucho cuidado con dejarte engañar por la Escuela de Chicago, que de eso también eres responsable. Si, por ejemplo, acabáramos por concluir que la economía mundial puede ser llamada con rigor y sentido la economía capitalista, lo que no cabe duda es que nuestra máxima responsabilidad moral, inmediatamente después, sería volvernos comunistas (al menos si llegamos a la conclusión de que ser comunista es la manera adecuada de combatir el capitalismo). Por supuesto que ese fue el camino que, muy a menudo, siguió la Teología de la Liberación en Latinoamérica10, el camino que tanto escandalizó al cardenal Ratzinger. Una serie de obispos latinoamericanos, de pronto, pusieron toda su red de catequistas a estudiar economía, especialmente, crítica de la economía política. Pusieron a todos sus feligreses a leer El capital y a estudiar marxismo.
Lo demás se dejaba ya a la conciencia de cada uno. Aunque no por casualidad la conciencia de cada uno aconsejaba montar una guerrilla para combatir el sistema capitalista. El ejercito zapatista del subcomandante Marcos, por ejemplo, no cabe duda de que se montó desde la red de catequistas de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.En un mundo en el que las estructuras son mucho más inmorales de lo que jamás pueden llegar a serlo las personas, la cuestión crucial no es saber en qué medida somos piezas de ese engranaje estructural o en qué medida podemos dejar de participar en él. Esto es lo que a veces sugería Günther Anders, pero no es ni mucho menos suficiente. Dejar de llamar por el móvil no vale absolutamente de nada y dejar de consumir coca-cola, de casi nada. Puede que negarse a trabajar en la industria del armamento valga para algo si se consigue que ese gesto sirva de propaganda a los programas políticos pacifistas. De lo contrario, ese gesto no sirve más que para que corra un puesto la lista de parados que esperan a trabajar en cualquier cosa y a cualquier precio. Retirar el dinero de una cuenta de Caja Madrid si sospechas que esa entidad invierte dinero en la producción de armamento no sirve de nada si luego es para meterlo en el Banco de Santander, es decir, para confiar en el humanitarismo de un sujeto como Emilio Botín.
Y tampoco es buena idea esconder tu birria de sueldo debajo de una baldosa.La verdadera cuestión moral es qué responsabilidad tenemos en que determinadas estructuras perduren y qué estaría en nuestra mano hacer para sustituirlas por otras. Es obvio que eso pasa por la acción política organizada y no por el voluntarismo moral que intenta inútilmente apartarse de la maquinaria del sistema. No es a fuerza de no mover las fichas o de moverlas lo menos posible como se consigue dejar de jugar al ajedrez, si eso es lo que se pretende. Para dejar de jugar al ajedrez y comenzar a jugar al parchís hay que cambiar de tablero. Si no, lo único que se logra es perder el juego, y el juego del ajedrez, no del parchís. No sé si se capta el mensaje: vivimos en un mundo tan inmoral que no tiene soluciones morales, aquí no valen más que soluciones políticas y económicas muy radicales. Y la única cuestión moral relevante que todavía tenemos sobre la mesa es la de qué tendríamos la obligación de estar haciendo políticamente para que el mundo dejara de jugar en este tablero económico genocida.
La cuestión no es la de si puedo beber menos coca cola o llamar menos por el móvil para participar lo menos posible en esta matanza. La cuestión es cómo y de qué manera atacar los centros de poder que la generan. Mi responsabilidad en la matanza no es la de llamar por el móvil. Mi responsabilidad es la de aceptar vivir en un mundo en el que llamar por el móvil tiene algo que ver no sé con qué guerras en el continente africano. Es el mundo lo que es intolerable, no nosotros. Pero sí es intolerable que aceptemos de brazos cruzados un mundo intolerable.Es grotesca la indiferencia que ha habido en la reflexión ética de los medios académicos europeos y estadounidenses hacia el concepto de “pecado estructural” y, en general, respecto a toda la filosofía de la Teología de la Liberación. Se trataba de lo único interesante que parió el siglo XX en el campo de la ética, pero la Academia estaba demasiado ocupada en intentar comprender a Derrida y en hacer el payaso con el dilema del prisionero. Para ser justos, hay que recordar que mucho antes de que la Teología de la liberación planteara el problema, lo teníamos ya abordado con mucha contundencia en la historia de la filosofía por filósofos como Jean Paul Sartre o Bertolt Brecht. Claro que Sartre no está tan de moda como Hannah Arendt, porque Sartre era comunista, así es que se le lee bastante poco actualmente. Sartre había explicado muy bien por qué la elección moral no tenía que ver con elegirnos buenos a nosotros mismos, sino con elegir un mundo bueno. Elegir ser bueno en un mundo en el que no se necesita pecar para vivir de la injusticia que se comete sobre los demás, es, sencillamente hacerte cómplice, no de un crimen, sino, como decía Anders, de “todo un sistema de crímenes”. 11
1 Cahiers pour une morale, Editions Gallimard, Paris, 1983, pág. 11.
2 Cfr. Fernández Liria, Carlos / Alegre Zahonero, Luis: “La revolución educativa. El reto de la Universidad ante la sociedad del conocimiento “, Revista Logos, nº 37, Madrid, 2004. Cfr.
también la siguiente página web:
3 Ratzinger, J. Libertatis nuntius Instrucción sobre algunos aspectos de la "teologia de la liberación" (Congregación para la Doctrina de la Fe, 6 Agosto 1984) / “Presupuestos, problemas y desafíos de la Teología de la Liberación.” Paramillo 5 (1986): 574-580. También en La Segunda, Santiago de Chile, jueves 5 de enero de 1984, pp. 15-16; Tierra Nueva 49/50 (abril-julio 1984): 93-96 / 95-96. Edición digital preparada por Holly Ann Hughes. Marzo de 2004.
4 El desánimo de Günther Anders respecto al pacifismo recuerda al de Dennis Meadows en el campo del ecologismo. Meadows, como se sabe, fue el coordinador del informe del Club de Roma sobre los Límites del crecimiento, el estudio que en 1972 daría el pistoletazo de salida al movimiento del ecologismo político. Mucho tiempo después, en una entrevista de 1989, al ser preguntado si aceptaría realizar hoy un estudio semejante, respondía: “Durante bastante tiempo he tratado ya de ser un evangelista global, y he tenido que aprender que no puedo cambiar el mundo. Además, la humanidad se comporta como un suicida, y ya no tiene sentido argumentar con un suicida una vez que ha saltado por la ventana” (Der Spiegel, nº 29, 1989, pág. 118.
5 Günther Anders, Llámese cobardía a esa esperanza, Besatari, Bilbao, 1995.
6 Cfr., en castellano, Nosotros, los hijos de Eichmann y Más allá de los límites de la conciencia, Paidos. La obra más importante de Günther Anders es Die Antiquierheit des Menschen.
7 La fiebre del coltan (Ramón Lobo, Diario El País, domingo, 2 de septiembre de 2001).
8 Franz J. Hinkelammert (Berlín, 1931), economista y teólogo de la liberación, ganador del Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2005 del Ministerio de Cultura de la República Bolivariana de Venezuela, con su libro El sujeto y la ley. El retorno del sujeto reprimido, Euna, Costa Rica, 2005.
10 Quizá resulte interesante la siguiente entrevista con un comandante colombiano del ELN, guerrilla que se reclama heredera del pensamiento del sacerdote pionero de la teología de la liberación, Camilo Torres: Cuatro intelectuales españoles se reúnen con el Ejército de Liberación Nacional de Colombia (Santiago Alba, Carlos Fernández Liria, Belén Gopegui y Pascual Serrano entrevistan a Milton Hernández, comandante del ELN) Cfr.: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=9100
11 Anders, G.: Nosotros, los hijos de Eichmann, Paidós, Barcelona, 2001, pág. 92.

Carta Renucia de Fernando Ubiergo

Consejo Directivo
Sociedad Chilena del Derecho de Autor
Presente

Estimados consejeros.

Hace pocos días me he enterado por la prensa y sitios de Internet que, con ocasión de una charla sobre los derechos de autor y la SCD que realicé en la ciudad de Antofagasta, invitado por el Consejo regional de Cultura, un periodista junto a los asistentes a dicho encuentro pudieron apreciar en la pantalla dispuesta para esa exposición, un mensaje que enviaba el propio computador y que señalaba que el programa utilizado no era original o copia autorizada. Respecto de lo anterior señalo: Que el computador, los programas y el power point utilizados son de propiedad de la SCD, quien lo ha dispuesto para el uso del presidente del Consejo
Que desconozco totalmente las causas técnicas o de cualquier índole que expliquen el bochornoso episodio.
Que he consultado a los ejecutivos de la SCD, y se me ha dicho que tanto este computador como los 150 que operan cuentan con los respaldos y garantías, con sus licencias respectivas y que investigan que pudo provocar tan lamentable hecho para poder entregar una respuesta aclaratoria sobre este hecho.Por mi parte, como presidente, y cara visible de esta organización, pienso que una institución de esta jerarquía y por la naturaleza de su que hacer debe ser ejemplo de idoneidad y absoluta transparencia en cada uno de los procedimientos y acciones y esto también alcanza sus consejeros, directores y ejecutivos.
No tengo dudas que esta es una sociedad rigurosa en este sentido y que cumple a cabalidad con todos sus procesos de forma eficiente. No obstante esto, no puede el presidente de esta organización verse expuesto a un episodio tan bochornoso y cuestionable, que despierte sospechas y alimente dudas no sólo sobre esta institución, si no que enlodan y comprometen la causa de los músicos chilenos y, por cierto, mi imagen personal.
Lo sucedido me ha expuesto a ataques personales de los que no me puedo defender por que efectivamente las personas que me cuestionan tienen argumentos fundamentados y que para mi son irrefutables. No puede ser que quien defiende los derechos de autor, realice una charla desde un computador con copia no actualizada, autorizada, o pirata. Algo tan simple y brutal como eso.
En mi opinión, y más allá de la razón que haya provocado este vergonzoso incidente, el hecho se produjo, y considero un deber moral asumirlo, responder con franqueza con todos los antecedentes del caso. Las cosas no sólo deben ser, también deben parecer, y esto que ha sucedido se ve muy mal, es un hecho impresentable.
Estimo que el insólito episodio, que compromete la lucha por los autores, demanda una respuesta, a la altura, que considere la gravedad de lo acontecido, sin minimizar nada, pues una actitud de ese tenor sólo restará sustento moral y debilitará la defensa de los derechos de los autores en el futuro. El rol de presidente de los autores, elegido por estos, encarna los valores nobles de la creación y es justo eso lo que hoy está severamente dañado. Lamento que este hecho ocurra precisamente en momentos en que he desplegado tanta energía por la causa de mis compañeros músicos y de los otros oficios del arte. Cuando consolidábamos una organización nacional de artistas que intenta enfrentar como una sola voz los enormes desafíos que nos afectan como trabajadores de la cultura. Eso me duele.
Pero debo ser consecuente con lo que creo y por lo que he luchado tantos años. Esta falta, error, o como quiera llamársele, debe ser asumida por nosotros como tal, sin esconder la cabeza, por la dignidad y la lucha de los artistas de Chile que es un bien superior permanente.
Por tanto Lo primero que debemos exigir es que los responsables directos de este daño inmenso a la causa de los autores respondan claro, sin ambiguedades y con la verdad que lo que corresponde. Estimados consejeros, es por lo anterior y en pro de la necesaria transparencia que debe sustentar una entidad como esta y por mi propio honor, es que comunico formalmente a ustedes mi decisión irrevocable, de renunciar a este cargo, en la certeza que ustedes, con más fuerza y sabiduría continuarán la misión.
Fernando Ubiergo

Palabras

Escribe: Facundo Cabral
Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho.
Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro. Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras. Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra.
Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia.
Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta, porque algo esconde. Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí. Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.
De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (ó al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela. Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía.
Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse constantemente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón. Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor.
Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.
Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿porqué te preocupas tanto?. No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas no puedo ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes. Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades. Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos.
Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta. Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella. El bien y el mal viven dentro de tí, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse.
Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.
No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia. Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente."
Facundo Cabral

NI VERDAD NI JUSTICIA

Escribe: Jovino Novoa
Senador de la Republica.

“La Presidenta irá en visita oficial a Cuba, se entrevistará con sus autoridades y no tocará este tema, mostrando que la verdad y la justicia, en realidad, poco interesan a la izquierda chilena”.

Pronto se cumplirán dieciocho años de impunidad para los homicidas de Jaime Guzmán. Para su familia y amigos; para la UDI y sus votantes, no ha habido ni verdad ni justicia. Para Chile queda la afrenta de que sus gobernantes, durante todo este tiempo, no han sido capaces de hacer cumplir la ley respecto de los autores intelectuales y materiales del único senador asesinado en nuestra historia.Primero, fueron más de dos años en los cuales las autoridades sindicaron como autor del asesinato a un delincuente común sin vinculaciones con el grupo terrorista que había ordenado la muerte de Jaime Guzmán.

El Gobierno no escatimó esfuerzos para intentar convencer al Ministro en Visita que Olea Gaona era el responsable del asesinato, a pesar de las serias dudas que tenía el Magistrado. Se presentaron querellas, se pidió su extradición a España y se realizaron innumerables gestiones para demostrar la culpabilidad de quien, en definitiva, se demostró que era inocente del crimen. El Gobierno se empecinó en buscar culpables donde no los había, dilatando con ello en varios años la investigación y la aprehensión de los verdaderos responsables: los terroristas del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.Luego, pruebas e informes que identificaban a los verdaderos responsables del crimen, no llegaron a manos de la justicia sino hasta varios años después de haberse entregado a las autoridades respectivas.

Este proceder facilitó la huida del frentista Juan Gutiérrez Fischmann (“El Chele”), uno de los autores intelectuales del asesinato, que hasta el día de hoy no ha podido ser encontrado ni interrogado.Posteriormente, cuando los tribunales tuvieron acceso a esta importante información e iniciaron procesos para determinar si había existido o no obstrucción a la justicia por funcionarios del Gobierno, la Concertación inició una defensa corporativa de estos funcionarios y una campaña de desprestigio hacia el Ministro en Visita. Este no pudo seguir adelante y decidió renunciar a la causa por las presiones recibidas.

La Magistrada que lo reemplazó procesó a algunos de esos funcionarios por obstrucción a la justicia.Meses después de estos hechos, en diciembre de 1996, en extrañas circunstancias, se fugan de la Cárcel de Alta Seguridad los únicos frentistas que cumplían condena por el asesinato: Mauricio Hernández Norambuena y Ricardo Palma Salamanca. Es uno de los hechos más bochornosos de nuestra historia carcelaria. Hasta el día de hoy no ha sido posible que estos terroristas respondan ante la justicia chilena, pues los gobiernos de la Concertación no han logrado que sean detenidos ni deportados a nuestro país. Ahora, el Sr. Carlos Figueroa, ha reconocido, en insólitas declaraciones, que el Gobierno de Frei sabía que estos frentistas fugados estaban en Cuba y que le dijo a un alto funcionario cubano que los dejaran allá.

Con su incapacidad diplomática para lograr traer a los responsables del asesinato y con el reconocimiento de que Cuba se ha mofado de nuestro país, los gobiernos de la Concertación han demostrado su falta de voluntad política para terminar con la impunidad de los asesinos de Jaime Guzmán. Pero, nada de eso importa, porque la Presidenta irá en visita oficial a Cuba, se entrevistará con sus autoridades y no tocará este tema, mostrando que la verdad y la justicia, en realidad, poco interesan a la izquierda chilena.

Jovino Novoa
Senador

jueves, 15 de enero de 2009

Mujeres: 60 años de sufragio universal en Chile

Por: Alejandra Flores Carlos
Laura Albornoz Pollmann, ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam)
El mismo año en que se dicta la Ley de Defensa de la Democracia, el Presidente Gabriel González Videla da carácter de urgencia a la ley de sufragio femenino, siendo aprobada seis meses después, en diciembre de 1948.
LA NACION/ 14 de enero de 2009.

Un 14 de enero, pero de 1949, se publica en el Diario Oficial la ley que otorga el derecho a voto a las chilenas mayores de 21 años. Aunque ya en 1874 este derecho se había ampliado a todos los hombres de esa edad, con el único requisito de que supieran leer y escribir, a las mujeres se les pedía más, aunque -o quizás "debido a que", según algunos análisis- ya en 1865 expresaban públicamente sus opiniones políticas a través de El eco de las señoras de Santiago.En 1865 se habla por primera vez sobre el derecho a voto femenino, y lo hace el conservador Abdón Cifuentes, que plantea restringirlo a las mujeres educadas, que en esa época eran mayoritariamente de esa tendencia.El movimiento de mujeres se forma y se agita primero en Chile que en otros países del continente. El año 1875, un grupo en San Felipe y otro en La Serena intentan inscribirse en los registros. La reacción no se hizo esperar, y los juristas opinaron que el voto de mujeres iba en contra del espíritu de la Constitución, y las excluyeron legalmente -en palabras de Martina Barros- "en la honrosa compañía de los dementes ( ), los procesados por crimen o delito que merezca pena aflictiva ( )".
A partir de ese episodio, Barros se sumará a la lucha por el sufragio femenino.En 1877 se hace público el llamado Decreto Amunátegui, precedido por sendas solicitudes a favor de la educación superior para las niñas de las educadoras Antonia Tarragó (1872) e Isabel Le Brun (1876). Se posibilita que las mujeres puedan rendir exámenes para optar a títulos universitarios. Como resultado, tuvimos doctoras en Medicina, cuando sólo las había en Inglaterra y Estados Unidos, además de abogadas y otras profesionales. Aun con estos liderazgos, el no-voto femenino sigue poniéndonos a la retaguardia en América Latina.Las razones esgrimidas eran opuestas a las ideas republicanas y escondían los cálculos electorales de todos los sectores políticos, razón por la cual casi nadie se oponía abiertamente, pero la postergación de los proyectos de ley se arrastraba férreamente desde 1917, cuando el diputado Luis Undurraga retoma la iniciativa de Abdón Cifuentes, avanza sobre ella y dice que a las mujeres "les hemos quitado por ley injusta ( ) el más primordial de los derechos de un Estado democrático", y pide reformas al Código Civil y la Ley Electoral. Al año siguiente, sectores feministas reclaman que "se nos hace sentir el peso de las leyes que ellos votan".Desde los años treinta, las organizaciones femeninas empiezan a reivindicar el derecho a voto, que ya no veían como concesión del mundo masculino, sino como un derecho que el Estado debería reconocer, y que les permitiría incidir en los cambios que el país necesitaba y que, a juicio de ellas, tardaban en realizarse.En 1941, el Presidente Pedro Aguirre Cerda presenta al Congreso un proyecto de ley redactado por Elena Caffarena.
Los parlamentarios parecían estar de acuerdo con que si la mitad de la población no podía elegir, tampoco podía estar representada; sin embargo, al morir el Mandatario, se impuso un nuevo silencio, hasta un nuevo proyecto en 1945.
Y es que en las elecciones parlamentarias de 1945 votaron menos de 420 mil hombres, apenas más del 8% de la población. El ausentismo cívico masculino hizo que algunos temieran que el sustento de nuestro sistema político se tambaleara, y que nuestra imagen como país también lo hiciera. De este modo, ante la necesidad de ampliar las bases de la democracia, empezaron a ver con una mirada diferente aquello de que las chilenas "no estaban preparadas", que "no había que alejarlas del hogar", o que "su voto podría ser manipulado por su marido o su padre". En la aprobación de la ley, jugó un rol la adhesión de Chile en 1938 a la Conferencia Interamericana de Mujeres de la OEA (CIM), nacida para la obtención de los derechos políticos y civiles de las mujeres del continente, y que setenta años después me corresponde presidir, mandato que se extiende hasta 2010.El mismo año en que se dicta la Ley de Defensa de la Democracia, el Presidente Gabriel González Videla da carácter de urgencia a la ley de sufragio femenino, siendo aprobada seis meses después, en diciembre de 1948.
Pero no importan las razones cuando logramos esta conquista, que hoy debe consolidarse con una mayor representatividad en los cargos de elección popular, en coherencia con la mayoría que ocupan las mujeres en el padrón electoral, con su correcta actuación cívica, y con los deseos de democracia que ha expresado el país.En consecuencia, esperamos la pronta aprobación de la ley de participación política equilibrada entre mujeres y hombres, la que no ha despegado del primer trámite legislativo, en contradicción con las urgencias democráticas de Chile.
www.yatiri.blogspot.com

Reflexiones distantes sobre la reconstrucción de un progr...

Escribe: Gonzalo Martner
“La peor locura es ver la vida tal como es y no como debiera ser”
Miguel de Cervantes

Está en cuestión hoy en Chile, por parte de quienes no debieran, el que tenga sentido agrupar y federar a las fuerzas políticas progresistas y de izquierda, las que por lo demás constituyen una mayoría electoral de casi dos tercios de la coalición gobernante, y cerca de un 30% del electorado nacional. Más aún, los que se agruparon en el seno de la Concertación para apoyar a Ricardo Lagos y luego a Michelle Bachelet parecen hoy ni siquiera tener voluntad de existir como proyecto político, sino más bien se proponen sobrevivir como plataformas particulares de administración de intereses. Diplomáticamente hablando, el denominado progresismo es hoy un campo de ruinas. Y no porque su electorado lo haya abandonado, lo que por lo demás es siempre una posibilidad propia del juego democrático, sino porque sus dirigentes no quieren representarlo. Extraño caso de disolución política “desde arriba” que necesitará sucesivos análisis.

Concertación y progresismo
Más allá del balance de su prolongada gestión de gobierno, tema de ineludible importancia que no se abordará aquí, la Concertación es una coalición que mantiene su vigencia porque tiene comunes denominadores, especialmente en el campo de la reivindicación de las instituciones democráticas y de los derechos humanos y en la convicción de que es necesario garantizar universalmente mínimos sociales, que ya es mucho y suficiente como para pactar una combinación de gobierno. Pero ya no puede eludir las diferencias en base a la astucia ni establecer vetos sobre ellas.

Cabe constatar, para ser justos, que el debate sobre la articulación entre políticas de crecimiento, de cohesión social y de sustentabilidad ambiental cruza transversalmente a los diversos componentes de la coalición de gobierno y que las posiciones más progresistas y promotoras del interés general por sobre el del poder económico concentrado no son hoy privativas de alguno de ellos en particular. Esto se explica de modo importante, sin embargo, por la reconversión de parte de la élite proveniente de la izquierda a posiciones neoliberales o a actitudes pragmáticas y de connivencia, incluso rentada, con intereses empresariales que influyen hasta hoy decisivamente en el sistema político y en los medios. Decantada y descartada esa reconversión en los partidos PS-PPD y PR (lo que tendrá que ocurrir tarde o temprano) y reconstruido un más amplio cuerpo de ideas económicas críticas, volverá a manifestarse una opción alternativa sólida al neoliberalismo duro de la derecha y blando de sectores de centro, es decir -simplificando mucho- de tipo socialdemócrata. Esta opción se encuentra hoy acallada por el avance del neoliberalismo en las filas tecnocráticas de la Concertación y sus soportes políticos desde 1990 y también, como consecuencia, sobrepasada por el maniqueismo ruidoso de extrema izquierda y sus consignas fáciles allí donde solo son posibles soluciones complejas, maniqueismo a veces sumido en la nostalgia de los socialismos reales y sus economías centralizadas dejadas atrás por la historia o en aspiraciones legítimas pero que no se condicen con la necesidad de realizar opciones y de atenerse al desafío político de responsabilidad que supone gobernar: no se puede querer todo al mismo tiempo.

Una opción económico-social progresista y de izquierda que reemplace la confusión reinante, repiterando lo señalando en un comentario anterior, no supone desestimular el emprendimiento o proponer a los ciudadanos que todo lo requieran del Estado, sino de valorar la eficiencia económica siempre que sea puesta al servicio de acrecentar la cohesión social y los equilibrios ecológicos. El crecimiento sí, pero con normas de cooperación y reciprocidad para construir una prosperidad con libertades, seguridades y garantías para los que viven de su trabajo, sentidos colectivos, igualdad de derechos y oportunidades, acceso de todos a bienes públicos, al goce de la naturaleza y a incidir en las decisiones administrativas y políticas. Como estamos lejos de una sociedad deseable de esas características, entonces cabe persistir en obtenerla. A esa actitud algunos la llaman “autoflagelación”, cuando se trata simplemente de poseer una necesaria y humana mirada crítica y algo de optimismo histórico, de aquel que lleva a creer que se puede vivir en una sociedad mejor.

Se trata de postular con claridad que el gobierno puede estimular el crecimiento incrementando la inclusión de los marginados y la inversión en las capacidades humanas, que es el principal recurso económico. Esto requiere más y mejor gasto público en educación, salud y bienes urbanos, y no menos como proponen los neoliberales. Una economía moderna también requiere tomar riesgos e innovar, pero debe hacerlo logrando una inserción no asimétrica en los mercados mundiales acompañada de una fuerte protección social frente a los riesgos cíclicos de desempleo y marginación, y no menos protección a los más vulnerables. Esto tiene un costo alto para la sociedad que hay que asumir abiertamente, pues mucho mayor es a la larga el costo de la ruptura de la cohesión social y su secuela de menor seguridad y alto gasto en policías y prisiones.
La promoción del desarrollo requiere más y no menos Estado en infraestructura, formación, innovación tecnológica y coordinación de actividades productivas. Requiere incluso de un importante rol empresarial público y en todo caso de fuertes regulaciones para cautelar la explotación racional de recursos naturales, promover nuevas tecnologías, diversificar las fuentes de generación de energía, mantener el buen funcionamiento de las industrias de red y asegurar el financiamiento de la empresa innovadora.En contraste con la propuesta económica de libre mercado y su profunda crisis, pues ha quedado demostrado una vez más que los mercados de capital y del trabajo no se autoregulan, el progresismo de izquierda tiene hoy en el mundo una agenda que no solo ofrece una posibilidad de mayor crecimiento sino también una posibilidad de mayor justicia social que la que provee la ley de la selva de los agentes económicos librados a su suerte. ¿Es posible concordar este tipo de postulados con la DC? Probablemente sí, pero en base a un debate claro sobre los enfoques en competencia en la coalición: el socialdemocrata y el neoliberal.

Por otro lado, es no querer ver la realidad desconocer que existen al menos zonas de divergencia entre lo que representa el progresismo históricamente y la DC respecto a la extensión de la laicidad del Estado y de las políticas públicas en temas esenciales. Se trata nada menos que de la educación, en donde hay quienes en la DC consideran positiva la tesis inaceptable para el progresismo y la izquierda de otorgar recursos públicos a escuelas que no reconocen derechos republicanos básicos a alumnos y padres –como pensar como quieran- y mantienen barreras a la entrada y discriminaciones –como no aceptar a hijos de padres separados o niñas embarazadas- financiadas con impuestos, todo esto en nombre de la libertad de enseñanza. Y también se trata de la salud reproductiva: no es aceptable en una lógica republicana que haya quienes quieran imponer sin más sus convicciones particulares –respetables- a todos los ciudadanos por sobre las consideraciones de salud pública y la opinión de otros, y que desconozcan los derechos individuales que hacen aconsejable la contracepción públicamente promovida, la distribución gratuita y extendida de la píldora del día después y la despenalización del aborto terapéutico y en caso de violación. Los conservadores en la Concertación se niegan a aceptar que no puede vetarse el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo cuando así lo aconseje la salud física y mental de las mujeres, antes del desarrollo del embrión. Los conservadores en la coalición tampoco aceptan la libertad de preferencia sexual y el respeto que todo ser humano merece, y su derecho, además, a establecer uniones civiles. El derecho a no ser arbitrariamente discriminado en materia sexual, étnica, de género o social es parte de la reivindicación histórica del progresismo y no es ofender a nadie así señalarlo, reivindicarlo y promoverlo, sin aceptar vetos.
Existen también divergencias en otros planos, como en materia de la identidad latinoamericana de Chile, la que es confrontada desde el alineamiento con EE.UU.

Tampoco puede desconocerse el origen e identidad histórica diversos, que ha llevado a los dos componentes principales de la coalición, por ejemplo, a mantener posiciones no siempre coincidentes respecto al abordaje de las consecuencias de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar.

Existen, por tanto, temas sustanciales que unen a las opiniones mayoritarias de los partidos PPD, PR y PS y que los diferencian de la DC, o de sus corrientes dominantes, cuyo reconocimiento y procesamiento constructivo no es ni ofensivo ni contradictorio con la voluntad de mantener un pacto de gobierno común y un respeto por la historia y las posiciones de cada fuerza aliada. La disolución de la identidad progresista de izquierda, que es la que han practicado las direcciones “pragmáticas” del progresismo, en nombre de no incomodar al conservadurismo DC, en nada contribuye a reanimar y proyectar a la Concertación y sobre todo a hacer retroceder a la derecha, que amenaza ya con gran fuerza con conquistar la adhesión de las mayorías por disolución de la que debiera ser su contraparte más fuerte en el sistema político.

La reivindicación de las ideas libertarias, progresistas y de izquierda
Las convicciones y sueños de una parte sustancial de los ciudadanos, en este caso de los que votan por las fuerzas progresistas y de izquierda, no deben jamás ser utilizadas para la conquista de espacios de poder estatal mediante el cálculo, la maniobra y el disimulo, sino que, en democracia, ser reconocidos y representados responsablemente como tales. Y la lógica posmoderna de adaptarse a la ola del momento, que produzca los mejores resultados de adhesión mediática momentánea, en nombre de la moderación y el elogio de la prudencia, sin deliberar sobre las opciones en presencia, solo lleva, como se ha demostrado, a la impotencia política.
La humanidad consagró desde el siglo de las luces la necesidad del pensamiento crítico y en nuestro país desde Arcos y Bilbao incubó una antigua tradición libertaria, que más adelante recogió la izquierda chilena en toda su diversidad. Esa tradición tiene continuadores que no han de dejarse amedrentar por la complacencia frente a un estado de cosas que ha mejorado mucho gracias a nosotros mismos y que contrasta sin lugar a dudas con las paupérrimas condiciones de vida de las mayorías en el pasado, pero que nada propone sobre los medios para alcanzar una sociedad más libertaria, cohesionada e igualitaria.

Existe una razón fundamental para la reivindicación de las ideas progresistas y de izquierda, que no es otra que la permanencia de la tarea de defensa y promoción de los valores de la libertad y la igualdad de derechos y oportunidades y la construcción de un orden político republicano basado en la no dominación de los ciudadanos con dos principios que nos sirvan de guía, siguiendo a Philip Pettit: "primero, un principio constitucional-democrático según el cual el Estado debe estructurarse de forma que el poder público o imperium no sea dominador; y, segundo, un principio socialdemócrata según el cual el Estado debe plantearse como objetivo la reducción de la dominación que conlleva el poder privado o dominium. El Estado debería actuar para proteger de la dominación privada y debería estructurarse para prevenir la dominación pública. El proyecto neorepublicano debe trasladar dichos principios a diseños institucionales específicos que faciliten el control cívico del poder público, y también a políticas públicas concretas que persigan el establecimiento de un orden social en el que incluso los ciudadanos más pobres puedan exigir el respeto de sus conciudadanos, siendo conscientes de no estar a merced del poder privado en los ámbitos básicos de decisión humana."(1)

El capitalismo moderno está inmerso en procesos de cambios constantes, algunos de ellos radicales y otros poco perceptibles en el corto plazo. Y a crisis económicas, sociales, ecológicas, demográficas, culturales de creciente intensidad. Es un sistema que puede ofrecer prosperidad para los sectores dominantes y segmentos medios y populares por ciclos a veces prolongados, pero no estabilidad ni menos distribución igualitaria de la riqueza ni respeto por la tierra en que vivimos. Como superar y construir alternativas a la lógica capitalista y sus crisis desestructuradoras desde la promoción del interés general es el campo privilegiado para la acción política progresista y de izquierda, en tanto esta se defina a sí misma con vocación crítica, transformadora, orientada a expandir las libertades, la igualdad de derechos y oportunidades y la responsabilidad con la nuevas generaciones, en naciones con Estados sociales y democráticos de derecho y con vocación de construcción progresiva de espacios de ciudadanía regional y mundial. Y debe actualmente hacerlo en un contexto en el que, siguiendo a Jurgen Habermas, “el equilibrio conseguido en la modernidad entre los tres grandes medios de integración social está en peligro porque los mercados y el poder administrativo expulsan de cada vez más ámbitos de la vida a la solidaridad social, esto es, a un tipo de coordinación social basada en valores, normas y usos lingüísticos orientados hacia el entendimiento. Resulta también en interés propio del Estado constitucional tratar con cuidado todas las fuentes culturales de las que se nutre la conciencia normativa y la solidaridad de los ciudadanos”. (2)

Por eso para el progresismo de izquierda su acción no es solo político-institucional, es también social y cultural, aunque la democracia es el espacio y límite de su acción y nunca debe desconfiar de ella, sino que promoverla incluso en períodos de convulsión y cambio social radical. Por eso desconfía de las izquierdas autoritarias, que no es fácil calificar como fuerzas progresistas: toda izquierda auténtica defiende primero las libertades, incluso como condición para conquistar derechos igualitarios. La izquierda pluralista cultiva la tolerancia de las ideas ajenas, y por tanto está abierta a coaliciones y pactos con otras fuerzas, incluso con fuerzas moderadas de centro y con la izquierda ortodoxa si es útil al movimiento general de progreso social en democracia –aunque es bastante claro que no se puede derrotar a la derecha hoy en Chile con un pacto minoritario de izquierda- y al mismo tiempo debe admitir el carácter estructurante del conflicto, aunque a priori pudiera aparecer como factor de desestabilización. La estabilidad democrática se obtiene con la legitimación de la representación de intereses contradictorios, no con su negación, y con mecanismos de deliberación sobre su pertinencia para alcanzar decisiones informadas sobre las opciones en presencia. Los sistemas políticos son más fuertes cuando las opciones existentes se ponen en juego antes que anularse mutuamente, normalmente en beneficio de los privilegios constituidos.

En este sentido, la defensa republicana del espacio público desde el punto de vista del interés general frente al individualismo negativo neoliberal, los intereses corporativos ilegítimos y el estatalismo invasivo, así como su defensa de la democracia, suponen afianzar los sistemas de separación de poderes y de representación para cautelar el pluralismo y evitar la concentración de poder. La visión progresista de lo público es al mismo tiempo una visión de desconcentración del poder y su difusión en diversos órganos estatales, especialmente territoriales, y su control por la sociedad, así como promotor de mecanismos periódicos y amplios de concertación entre gobierno, trabajadores, usuarios y empresarios para deliberar sobre las opciones de política pública en materia económico-social.

Cualquier sociedad en la que prevalezca la constante reversión de normas en nombre del incremento de la libertad individual de elegir se irá sumiendo en una creciente desorganización. Estará cada vez más atomizada y aislada y será en consecuencia incapaz de llevar a cabo tareas conjuntas y de alcanzar objetivos comunes, con el consiguiente incremento de la criminalidad, de las familias desestructuradas, de vecinos no solidarios y de ciudadanos que optan por marginarse de la vida pública. La sociedad de mercado y el capitalismo como dominación del poder privado deben ser reemplazados por una sociedad plural, con un espacio público fuerte, con ciudadanos con derechos, en el que la economía y el mercado se subordinen al interés general y a la sustentabilidad democrática, social y ambiental del desarrollo. Ideas como estas u otras semejantes podrían sin dificultad expresarse en una plataforma programática para 2010-2014, con sus respectivos desarrollos políticos y técnicos, si es que los interesados en desarrollar una fuerza progresista y de izquierda en Chile aún existen. Pero ese ya es otro tema.

[1] Philip Pettit, Examen a Zapatero. Balance del gobierno socialista, Ediciones Temas de Hoy, 2008
[2] Jurgen Habermas, Entre Naturalismo y Religión, Ed. Paidós, 2006.gdm

martes, 13 de enero de 2009

Concurso Nacional de cuentos Sabella de la Universidad Catolica del Norte

Esperando la edición de su octavo libro titulado “De Lirios y Amores”, el periodista Víctor Bórquez Núñez, se mostró visiblemente sorprendido y emocionado tras obtener el primer lugar en la segunda versión del Concurso Literario Nacional Andrés Sabella, organizado por la Universidad Católica del Norte.
El certamen, patrocinado por la Academia Chilena de la Lengua, premió el cuento “Mujeres suspendidas”, del periodista y ex alumno de esta casa de estudios superiores, que narra en formato de cuento la historia real del trágico hecho ocurrido con las hermanas Quispe Cardozo.
La ceremonia de premiación, contó con la presencia del Rector de la UCN, Dr. Misael Camus Ibacache, quien destacó la importancia de este certamen que instala por segunda vez la UCN, congregando a escritores de todo Chile.Además, recalcó que espera que para el bicentenario, cuando se realice la tercera versión del concurso, “podamos posicionarnos aún más, y de esa forma esperar la celebración del centenario del natalicio de Andrés Sabella el año 2012.
El Director de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matus Olivier, se mostró muy optimista y orgulloso por la calidad de los cuentos “cada uno de los ejemplares posee un gran nivel en tanto al lenguaje y a la gramática, además, tienen la gracia de ser muy originales”. “Curiosamente muchos de los concursantes escribieron de temáticas nortinas, ello nos hace reflexionar y darnos cuenta de que el norte presenta una interesante raíz que hay que descubrir, permite proyectar la figura de Andrés Sabella”
Trayectoria
Sentado, junto al resto de los participantes, el periodista y crítico de cine, Víctor Bórquez Núñez, sintió el nerviosismo y la emoción de escuchar una a una las menciones honrosas que se entregaron, esperando oír su nombre.Sin embargo, cuando confirmó que su creación estaba entre los tres ganadores, “no lo podía creer, de alguna forma es un reconocimiento a mi trayectoria, a mi perseverancia en el quehacer literario”.
Además tal como describe el ganador, el cuento que presentó a este certamen, marca una transición en su estilo, un formato totalmente distinto al suyo, donde a través de la relectura de un hecho real, narró la historia en el género de cuento.
Con un tema profundo, que relata el suicidio colectivo que tuvieron las hermanas Quispe Cardozo, Justa, Luciana y Lucía, quienes se quitaron la vida amarradas a una soga, junto a sus animales más queridos, vestidas con sus mejores ropas y zapatos nuevos, Bórquez, muestra el sufrimiento vivido por estas solitarias mujeres.La historia transcurre en Inca de Oro, al interior de la Región de Coquimbo, lugar en el cual fueron encontradas las tres hermanas, colgadas de una roca, que logró sostener el peso de ellas y sus animales.
Tal como describe el autor, no es un paisaje propio, pero si un relato que lo apasionó, pues encaja en su estilo de literatura, marcada por la fragilidad de la vida y la existencia.Con un estilo totalmente nuevo, que según cuenta se autoimpuso, el comentarista de cine Víctor Bórquez, quien aún recuerda con orgullo haber sido participe de uno de los últimos talleres literarios dictado por Andrés Sabella, señala que este premio es un reflejo de lo que le entregaron sus maestros, como el hecho de ser consecuente con la acción creadora y desempeñar una labor que va más allá de sentir ser escritor, sino de querer aportar algo de cultura a la región.
Ganadores
El segundo lugar del certamen literario organizado por la UCN, fue para el periodista y Editor de Cultura y Espectáculos de El Mercurio de Antofagasta, Rodrigo Ramos Bañados, con el cuento “El asesinato del físicoculturista”. El profesional, formado en la Escuela de Periodismo de esta casa de estudios superiores, cuenta que no esperaba este premio y está satisfecho y orgulloso con este logro sobre todo por el hecho de que dos antofagastinos estén entre los ganadores y uno obtuviera una mención honrosa en este concurso que tiene una convocatoria a nivel nacional.
El escritor, manifiesta que desde siempre ha sentido una afición por escribir, pero que sólo hace unos años se lo ha tomado más en serio, ya que recientemente publicó una novela negra sobre los crímenes del Alto Hospicio, bajo el sello Quimantú, y actualmente está trabajando en un libro acerca del terremoto de Tocopilla, “con algunos amigos – también escritores- como Álvaro López y Juan Luis Castillo, nos leemos y criticamos el trabajo”, explicó.
Agregó, que el ser Periodista le ayuda a conectarse con distintas historias y testimonios interesantes que nutren sus relatos y afirmó que le gusta la crónica literaria.Javiera Herrera Zalaquet, obtuvo el tercer lugar con la obra literaria “El Octavo”, la antropóloga de la Universidad de Chile, inspiró su relato en historias que alguna vez escuchó sobre la dictadura.
En su quehacer de escritora, ya ha participado en cinco concursos literarios donde obtuvo segundos lugares, y tal como señala le gustaría seguir escribiendo.El Concurso Literario Nacional Andrés Sabella, también entregó tres menciones honrosas que esta vez distinguieron a Osvaldo Oyarce Barraza, con el cuento “Salitrera Brava”, “¿Ha visto a mi tío Agustín?”, de Renate Christine Laudien Hardmeyer y “Ornitorrinco Carmesí” de Alejandro Mamami Gasep, en primer, segundo y tercer lugar respectivamente.
Fuente: UCN de Antofagasta

Cuando la petición de justicia se define como venganza.

Escribe:Vicenç Navarro
Supongamos que existiera una casa habitada por sus dueños y en un año concreto, 1936, esta casa fuese robada por unos ladrones que mataran, torturaran y expulsaran a sus dueños y familias, instalándose en la casa y falsificando los papeles se presentaran, a partir de entonces, como sus auténticos dueños. Y supongamos que estos falsos dueños murieran y dejaran la casa a sus herederos, hasta que setenta años más tarde, los hijos y nietos de los auténticos dueños señalaran a todo el mundo que la casa había sido robada y que ellos eran los herederos de los auténticos dueños. Tales herederos querrían que se reconociera que ellos eran los auténticos dueños y se les devolviera la casa. Y algunos de ellos pedirían que los ladrones fueran juzgados.
A tal petición los herederos de los ladrones y asesinos comenzarían a protestar que los herederos de los asesinados y robados estaban abriendo heridas que según ellos estaban ya cerradas, creyendo que los hijos de los robados y asesinados se habían ya olvidado de lo que les había pasado, acusándolos de que lo que estaban deseando era una vulgar venganza. A ello, añadirían, con el apoyo de algunos historiadores, que lo mejor que se podía hacer era dejar el recuerdo de aquellos hechos a los historiadores.
Por muy kafkiana que esta imagen pueda parecer, es lo que está pasando precisamente en España. La casa es la democracia española que fue robada por los golpistas fascistas, y los que hoy piden que se corrija la versión de los hechos que se ha presentado en España, denunciando el robo y asesinato, y pidiendo justicia, son los herederos de los que lucharon por la democracia, a los cuales se les ha silenciado durante la mayoría de los años. A la petición de corrección de la versión histórica y denuncia de los responsables de lo acaecido, los herederos de los ladrones y asesinos responden que los auténticos dueños también habían cometido asesinatos y robos, olvidando que el robo mayor fue el del edificio y que los robados, aunque hicieron algunas tropelías en un acto de intentar defender la casa, luchaban en una causa justa: la recuperación de la casa.
Y aun otros señalan ahora que en realidad tampoco está claro que se había robado la casa, alegando que la realidad es muy compleja, y que no hay que ser maniqueos. La historia, se nos dice, no es de buenos y malos, y hay que juzgarla con un cierto relativismo ético. Hay que ver tanto el punto de vista del nazi como el del judío gaseado en los campos de concentración y tanto el punto de vista del fascista español como el del asesinado por el primero. También se nos dice que cada persona y clase social tiene el derecho de creer y promover la versión histórica que le favorezca, incluyendo la de los que robaron la casa. Por lo general éstos también se oponen a que el estado español corrija la versión histórica que se enseña en las instituciones públicas, como en las escuelas y en medios públicos, porque esto sería equivalente a intervenir en la propia historia, que debe dejarse en las manos de los historiadores.
Y así estamos. España ha sido el único país que ha sufrido el fascismo y nazismo, cuyos asesinos no han sido juzgados. Como se decía durante la dictadura, Spain is different.
Vicenç Navarro
Escritor Español

domingo, 11 de enero de 2009

DICEN LAS PIEDRAS

Escribe: Gabriel Impaglione

De la tierra viene la piedra por eso la piedra es un arma pura.
La tierra elige el puño que lanza la piedra por eso el puño
que lanza la piedra es un puño puro.

La tierra busca en la piedra y en el puño que tiene la piedra
su futuro de casa abierta y de luz de pan y de puño libre.

La tierra tiene razòn, ella es un caballo enfurecido
cuando vienen a morderle el horizonte.

La tierra y sus caballos van de palmo en palmo por la piedra
y por los puños y con el corazòn en ristre alzan muros
de piedras con alas para defender el alba.
La tierra sabe, tiene memoria, recuerda las cocinas
que alzaban la bandera del dìa desde las ventanas.

Sabe, recuerda los festines del verdugo que arrasando
cocinas desterrò las banderas que eran como una mùsica.

Sabe, recuerda a sus niños, uno a uno, nombre por nombre,
y a las mujeres y a los hombres que la florecìan
de olivos brillantes bajo el crepùsculo.

La tierra tiene memoria, y en cada parto de la piedra
la ofrece como una revelaciòn, le nace alas
le traza una luz en el costado para que lleve el Basta

Para que grite su Esto es Nuestro.

Aquì nacimos, aquì estamos muriendo dice cada piedra.
Y dice cada piedra:
tambièn de indolencia, a golpes de segundo mortal
y de silbido homicida estamos muriendo

en manos del fuego màs terrible morimos,
bajo la ocupaciòn bestial de la indiferencia
dicen las piedras.

Pero ya todos sabemos que las piedras no mueren.
Son como algunas palabras. No mueren.
Alzan con su vuelo muros de luz para decir vida.


Lanusei- enero de 2009