Con el tiempo se ha creado un Jesús mitológico. Ha servido para dividir pueblos y naciones. Ha conducido a guerras destructivas en nombre de fantasías religiosas. El legado del amor que encontramos en el Nuevo Testamento ha sido mancillado por expresiones de intolerancia y prejuicios que hubiesen horrorizado a Jesús.Jesús se encuentra en apuros. Hoy en día, cuando la gente le adora -o incluso cuando pronuncia su nombre- no es probable que el objeto de tal devoción sea quien ellos creen. Con el tiempo se ha creado un Jesús mitológico. Ha servido para dividir pueblos y naciones.
Ha conducido a guerras destructivas en nombre de fantasías religiosas. El legado del amor que encontramos en el Nuevo Testamento ha sido mancillado por expresiones de intolerancia y prejuicios que hubiesen horrorizado a Jesús. Lo más triste es que los que alzaron las armas en nombre del amor se han apoderado de sus enseñanzas.Allí donde mires, una nube de confusión se cierne sobre el mensaje de Jesús. Para atravesarla hay que especificar a quién nos referimos cuando hablamos de Jesús. Hay un Jesús histórico, acerca del que sabemos muy poco. Hay otro Jesús del que se ha apoderado el cristianismo; fue creado por la Iglesia para satisfacer sus intereses. El tercer Jesús es tan desconocido que ni los más devotos cristianos sospechan de su existencia. Y sin embargo ese es el Cristo que no podemos -no debemos- ignorar.
El Primer Jesús
El primer Jesús fue un rabino que hace muchos siglos vagó por las costas del norte de Galilea obrando milagros. Este Jesús todavía parece tan cercano que casi se le podría tocar. Lo imaginamos vestido de manera sencilla pero envuelto por un halo de gloria. Fue amable, sereno, pacífico, cariñoso y sin embargo ocultaba profundos misterios.
Sin embargo, ese Jesús ha desaparecido, barrido por la historia. Sigue presente como un fantasma, como una proyección de todas las cualidades ideales que deseamos tener pero de las que desgraciadamente carecemos. ¿Por qué no pudo haber existido una persona por entero cariñosa, compasiva y humilde? Si la llamamos Jesús y la situamos hace miles de años resulta posible. (Para los orientales su nombre podría ser Buda, pero el nombre es igual de mítico y encarna asimismo nuestras carencias.)
El Segundo Jesús
Sin embargo, millones de personas adoran a otro Jesús, uno que jamás existió, que ni siquiera se siente deudor de la destilada esencia del primer Jesús.Es el Jesús que han construido los teólogos y los eruditos a lo largo de miles de años. Es el Espíritu Santo, la Santísima Trinidad, el origen de unos sacramentos y más oraciones desconocidos por Jesús cuando habitó la tierra. Es también el Príncipe de la Paz en cuyo nombre se han desencadenado sangrientas guerras. No se puede aceptar a este segundo Jesús sin haber aceptado antes la teología. La teología fluctúa con la marea de los asuntos de la humanidad. La metafísica resulta tan compleja que contradice la simplicidad de las palabras de Jesús. ¿Habría debatido con religiosos eruditos sobre el significado de la Eucaristía? ¿Habría apoyado una doctrina que proclama que los niños están condenados hasta que se los bautiza?
El segundo Jesús nos adentra en el laberinto teológico sin una salida clara. Se convirtió en la base de una religión que ha dado lugar a unas veinte mil sectas, las cuales se dedican a discutir hasta la saciedad sobre cada hilo de las vestimentas de un fantasma. Sin embargo ¿existe alguna autoridad, por elevada que sea, que pueda informarnos sobre lo que Jesús habría pensado? ¿Acaso no resulta contradictorio sostener que Jesús fue una creación única -la única encarnación de Dios- y al mismo tiempo declararse capaz de leerle la mente en relación a cuestiones actuales? En su nombre, el cristianismo se pronuncia sobre la homosexualidad, el control de la natalidad y el aborto.Estas dos versiones de Jesús -tanto la esquemática figura histórica como la abstracta creación teológica- tienen para mí un componente trágico, pues las culpo de haber robado algo precioso: el Jesús que enseñó a sus seguidores a alcanzar la conciencia de Dios.
Me gustaría ofrecer la posibilidad de que Jesús fuese, tal como proclamó, un verdadero salvador. No el auténtico salvador, no el único hijo de Dios. Más bien, Jesús personificó el nivel más elevado de la iluminación. Dedicó su breve vida adulta a describirlo, enseñarlo y transmitirlo a futuras generaciones.
El Tercer Jesús
Jesús intentó salvar al mundo mostrando a los demás el camino hacia la conciencia de Dios.Tal interpretación del Nuevo Testamento no invalida al primer y al segundo Jesús, sino que sirve para aclarar su figura. En lugar de historia perdida y teología compleja, el tercer Jesús ofrece una relación directa, personal y presente.
Nuestro cometido consiste en ahondar en las escrituras y demostrar que en ellas se halla un mapa que lleva a la iluminación. Me parece algo innegable; de hecho, se trata del mensaje de vida de los Evangelios. No nos referimos aquí a la fe. La fe convencional es lo mismo que creer en lo imposible (Jesús caminando sobre las aguas), pero existe otra fe que nos permite alcanzar lo desconocido y lograr la transformación.Jesús habló de la necesidad de creer en él como camino hacia la salvación, pero esas palabras fueron puestas en su boca por seguidores que escribieron décadas después.
El Nuevo Testamento es una interpretación de Jesús por parte de gente que se sintió renacida pero también abandonada. Según el cristianismo ortodoxo no serán abandonados para siempre, pues Jesús regresará en la Segunda Venida para reclamar a sus fieles. Pero la Segunda Venida ha tenido veinte siglos para producirse, los devotos esperan que tenga lugar cualquier día de estos y todavía está por llegar. La Tercera Venida, alcanzar la conciencia de Dios mediante el esfuerzo personal, ocurre en el presente.
Utilizo ese término como metáfora de un cambio en el estado de conciencia que convierte las enseñanzas de Jesús en algo totalmente real y vital.
LA SABIDURIA ANCESTRAL Y EL CRISTO
De acuerdo con las enseñanzas de la Sabiduría Ancestral, el maestro que está en camino es el Cristo. El no ha completado aún la misión que comenzó en Palestina hace dos mil años atrás, de manera que vuelve, en el amanecer de la era de Acuario para cumplir con la profecía y dar cumplimiento a la ley. Todo el concepto acerca de quién y cómo es Cristo, sin embargo, sufre bajo el peso de muchas distorsiones.
El término griego “chris-tos” significa el ungido y en los Misterios Griegos era aplicado a los candidatos que habían pasado el último grado y se habían transformado en un iniciado completo. En las enseñanzas de la Sabiduría Ancestral, el término Cristo se refiere al nombre de un departamento, la cabeza de la Jerarquía Espiritual del planeta. El Cristo viene en estos momentos para entregar el amor que es innato en todos los aspectos de la vida porque él, por sobre todas las cosas, ama a la humanidad, y él es en sí mismo la corporificación del amor.
El retorno del maestro no ocurrirá solo para el mundo cristiano. Se espera que muchos cristianos sean capacees de entender que el maestro no es sólo el salvador personal, sino que viene para toda la humanidad. El será un cristiano en el verdadero sentido de la palabra, es decir, aquel que posee el espíritu de Dios en su interior, en su corazón y en su mente, y quien trabaja por el bien de la humanidad como su mas ferviente deseo.
El hecho de que con toda probabilidad el no venga como un maestro cristiano, es un importante y difícil mensaje que debe llegar al cristiano creyente promedio de hoy. Sin embargo, si fallamos en reconocerlo por quién y cómo es, nos pondremos al margen de la gran dispensación de amor que el Maestro -nuestro Maestro- viene a entregar. Es penoso que frecuente-mente los grandes maestros no sean reconocidos en su propio “hogar”. Esperemos que esto no ocurra con el Maestro que viene. El Cristo Es ese gran Ser que los cristianos denominan Cristo.
En Oriente es conocido como el Bodhisattva y el Señor Maitreya, y por los devotos maho-metanos, como el Iman Madhi. Ha presidido los destinos de la vida desde el año 600 a. C.; es Quien apareció entre los hombres y a Quien se espera nuevamente.
Es el gran Señor de Amor y Compasión, así como su predecesor, Buda, fue el Señor de Sabiduría. A través de Él fluye la energía del segundo aspecto que Le llega directamente desde el centro cardíaco del Logos planetario, a través del corazón de Sanat Kumara. Actúa por la meditación centrada en el corazón. Es el Instructor del Mundo, el Maestro de Maestros y el Instructor de Ángeles, y se Le ha confiado la guía de los destinos espirituales de los hombres y el despertar del reconocimiento de que cada ser humano es una criatura de Dios y un hijo del Altísimo.
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