domingo, 1 de marzo de 2009

El Sol del Norte es Gigante

Escribe: Paz De La Maza

El sol del norte es gigante, brillante y luminoso todos los días del año. Sus colores ocre y terracota se pierden en el azul inmenso del cielo prístino y del mar de Antofagasta.


El verde, casi ausente, es sólo privilegio de unos pocos. El aroma a quinoa y hierba Luisa me recuerdan que nací en un lugar muy lejano. Las calles tristes, los cerros melancólicos y la tranquilidad de las tres de la tarde le hacen honor a su apodo de "Ciudad Dormida".


La "Perla del Norte", le llaman otros, la perla que surgió cercana a la pampa para darle vida a una época de ensueño. Antofagasta, mujer morena y tranquila, de vientre fértil que surge del desierto más árido del mundo con sus bellos colores. El norte es sereno y místico.


Sus alturas, sus flamencos y pimientos, sus iglesias blancas, el ritmo de la saya y la inmensidad de sus salares (el refugio caluroso de la nada).


Norte desconocido en medio de la multitud de extranjeros que se agolpan para conocer tus bellezas naturales...tus pueblos abandonados donde se tejieron tantas historias. Norte grande, antaño tierra de salitre, tierra de cobre.


Tierra que recoges el sudor de tus mineros que engrandecen nuestra patria. Tierra andina, de hojas de coca, de cielo estrellado y riqueza inmensa. Tierra que me regalaste el amor y miles de sonrisas.

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