martes, 9 de diciembre de 2008

Pueblos, gobernantes y títeres

Escribe: Adolfo Zaldívar Larraín
Presidente del Senado
Acabamos de presenciar un hecho insólito en el país hermano que es el Perú. Han sido declaraciones inauditas de un militar referentes a nuestro país y nuestras FF.AA. que no corresponden al estado impecable de nuestras relaciones, que pueden ser calificadas como óptimas.
Las diferencias que puedan existir están siendo tratadas en el lugar y como corresponde, propio de países civilizados y además hermanados por la geografía, la gente, los recursos y las necesidades mutuas para que mutuamente podamos prosperar.
Al ritmo de sones desestabilizadores que amenazan a nuestro continente, aparecen propicias a dichos intereses las declaraciones que aludimos, como si fueran manejadas en un teatro de marionetas, con la entusiasta colaboración del mismo títere. El blanco, más allá de nuestro país, es la forma constructiva como hemos superado nuestras diferencias internas, tanto sociales, como políticas y económicas.
Chile es un país no sólo moderno en lo económico, aunque aún nos falten trechos para perfeccionarlo, sino que es un país estable y democrático, y que supera sus legítimas diferencias por los medios propios de la democracia: el diálogo, el razonamiento y el voto.
Claramente este cuadro no le conviene a algunas fuerzas que quieren adquirir preponderancia en el continente, y que propician medios de expresión y operación que nos recuerdan los regímenes totalitarios.Evidentemente, el Presidente del Perú, Alan García, es un amigo de Chile, y en su mandato nuestras relaciones de todo tipo han aumentado y mejorado sensiblemente, con la misma predisposición que ha tenido en esta materia nuestra Presidenta Michelle Bachelet..
Alan García y el gobierno que ha constituido comparte y así lo ha demostrado, los mismos valores y prácticas que los chilenos. Y la cuña que se quiso introducir no prosperará porque los lazos que nos unen son mucho más fuertes que lo que puede hacer una burda maniobra de distracción.
El personaje que ha intentado infructuosamente dañar nuestras sólidas relaciones, no ha reparado que quiso instrumentalizar un pasado que no se corresponde con el buen presente y promisorio futuro que nos guían..
Adolfo Zaldivar Larrain

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