Por: Antonio Cruz Plaza
Entrevista a Sonia Ramos y Amalia Mamani - fuente: www.la alternativa.org
En una conferencia de prensa realizada en la Sociedad de Agricultores de Calama, Sonia Ramos y Amelia Mamani, las valerosas mujeres que emprendieron un viaje a pie a Santiago desde Calama, dieron a conocer algunos detalles de la travesía y aprovecharon de expresar su profunda preocupación por la crisis que están viviendo los pueblos originarios, tanto atacameños como quechuas, producto del desconocimiento de sus derechos por parte de empresas mineras y el Estado.
Y no es para menos en vista de que este gran esfuerzo que pretendía entregarle de forma personal a la presidenta Bachelet una carta con más de 30.000 firmas en contra de la geotérmia en El Tatio, se viera frustrado al no ser recibidas por la mandataria, ni aún luego de toda la mediación política que hicieran los senadores Navarro y Rojas para que esto se llevara a efecto.
Es más, la prensa y Carabineros reaccionaron más enérgicamente que las propias autoridades, en una clara falta de respeto hacia estas mujeres que arriesgaron su salud -y por qué no decirlo también, sus vidas – para expresar los sentimientos más profundos de su pueblo.
“Fuimos a cobrarles la palabra al gobierno quien dijo que las puertas de La Moneda estarían siempre abiertas, y por lo tanto deberian dialogar; Y a eso fuimos, pero tampoco fuimos recibidos, por lo tanto consideramos nosotros que bajo ningún punto de vista estamos presentes los pueblos para el Estado y que no somos considerados”, dijo Amelia Mamani, Presidenta de la agrupación Sumac-Llajta de Calama.
Sin embargo no todo fue negativo en este viaje. “Fue una caminata a pleno sol donde la parte mas díficil fue el desierto. Pero más que todo, nos causó mucha impresión ver cómo la gente lucha en sus regiones; En Vallenar, por ejemplo, vimos como la comunidad tiene el apoyo de la Iglesia. El dia anterior que llegáramos a Vallenar, el padre de esa Iglesia se puso frente del un camión de Barrick Gold para decirle que si ellos pasaban, tendrian que hacerlo por sobre su cadáver”, dijo Mamani, añadiendo que “a nosotros nos gustaría tener el apoyo de la iglesia, pero no lo hemos tenido durante tantos años. Es más, cuando quisimos hacer una huelga el 2005, fuimos desalojados de ella y eso a uno le llama poderósamente la atención”.
Las muestras de cariño y apoyo, comentaron, se dejaron sentir en todas las ciudades y una muestra de ello fue que nunca tuvieron que desembolsar sus sacos de dormir ni sus carpas, y es más, jamás les faltó un plato de comida y menos la admiración de quienes de alguna forma compartían el sentir de estas mujeres y de la población civil que defiende sus derechos; algunos tan básicos como el derecho al agua y a vivir en un ambiente libre de contaminación.
DEMANDAS Y FRAGMETACIÓN INTERNA DEL PUEBLO LICKANANTAY
En la misiva redactada, se dejaba en claro que el proyecto de la geotérmia representa la vulneración de los derechos que las comunidades indígenas tienen sobre el territorio que ancestralmente han ocupado, asi como el derecho al ambiente, al agua y al desarrollo reconocidos en la Ley Indígena, recalcando sobre todo el rechazo a la “politica discriminatoria del Gobierno que favorece los usos industriales de los recursos naturales sin considerar las demandas y advertencias de las comunidades locales que han utilizado esos recursos desde tiempos inmemoriales”.
Pero no sólo son sus derechos los que no se cumplen, sino que sistemáticamente la unidad del pueblo Lickanantay se ha ido fragmentando producto de la acción de la empresa Geotérmica del Norte y de los propios estamentos del Estado – principalmente de la Conadi -, quienes con sus actos “violan el espíritu de las leyes que amparan los derechos de los pueblos indígenas”, dijo Sabina Cruz, Presidenta de la Asociación Indígena Lickantatay de Tradiciones y Costumbres Alto El Loa.
De hecho, al regreso de las “Abuelas del Tatio” de esta larga travesía, el contexto de la lucha indígena en el norte había dado un giro inesperado: días antes se anuncó por escrito la renuncia de cerca de siete comunidades al Consejo de Pueblos Atacameños, entidad de máxima representatividad que agrupaba a la totalidad de las comunidades indígenas del Alto El Loa. Algunas de las comunidades que adhieren en el documento son Caspana, Toconce y Chui-Chiu. Las razones, aluden, se deben a “problemas de representatividad”.
Bien podría tratarse de un argumento válido si no consideraramos otras relevantes informaciones que salieron a la luz durante el último tiempo: por una parte, un contrato de arriendo de aguas por parte de las comunidades de Toconce y Caspana a la empresa GDN para labores domésticas, aún cuando los derechos sobre esas aguas no están constituidos para su venta, y la aparición de un acta de conciliación entre Caspana, Toconce y la empresa GDN que data del 2002, en donde se establecen acuerdos sobre la posible distribución de beneficios económicos surgidos a partir de la explotación geotérmica, minera u otra, con exepción del turismo.
Estas tres situaciones bien podrían dar luces sobre el temor fundado del pueblo atacameño sobre el involucramiento consensuado de GDN en la compra de conciencia hacia los dirigentes de las dos comunidades que tienen la concesión de la explotación turística de los Géisers.
Esto, se sumaría además a los viajes a Italia pagados por dicha empresa a estos dirigentes e incluso, a la propia Jefa de la Corporación Naconal de Desarrollo Indígena, Liliana Cortéz, los cuales aún no se sabe para qué fueron realizados ya que hasta la fecha no se han presentado informes técnicos que informen el objetivo de estos viajes, y que ya han sido solicitados en numerosas oportunidades.
Quisimos indagar más en esto, pero la responsable de la Conadi en Calama se encontraba fuera de la ciudad, y su reemplazante no se encontraba en las oficinas. Esperamos profundizar este tema más adelante. Ante esta situación, la dirigenta quechua aclaró que “es una tremenda falta de respeto haber echo esto a espalda de las comunidades, ya que estas comunidades sabían de antemano lo que se venía, incluso antes de que nosotros empezáramos a movilizarnos el 2005”
LO QUE SE VIENE
Es poco lo que se sabe de este tema, y aquello que logra traspasar a la opinión pública es sólo una espúrea tela que cubre un conflicto de mayores proporciones, en donde la corrupción se ha empezado a manifestar en múltiples formas y ha sido introducida hasta el interior de este pueblo -aclaramos el concepto “pueblo”, diferenciándolo de “comunidades”, porque tiene un sentido cultural más fuerte. El concepto de “comunidades” nace con la promulgación de la Ley Indígena y la creación de la Conadi, y representa la fragmentación territorial de un pueblo que en este caso es el Lickanantay-.
“Algunos hermanos están mostrando su verdadero rostro, que no es el rostro indígena. Un indígena pertenece a una conciencia y esa conciencia es nuestra cosmovisión. Cuando uno deja de pertenecer a esa conciencia, deja de ser indígena. Lamentablemente tenemos el rostro, tenemos nuestra vestimenta, rasgos, nuestro folclor, pero eso no significa profundamente que yo sea indígena (…) Indígena es cuando me entrego completamente a la Madre Tierra… pero qué estamos viendo en estos momentos: personas que son capaces de negociar, y eso no es ser indígena”, dijo conmocionada Sonia Ramos, presidenta de la Asociación de Cultores de la Medicina Ancestral Lickanantay.
Por ello, es que no se descartan más presiones y más acciones como la que realizaron -siempre de forma pacífica-, y que serán comunicadas en el debido tiempo. Antes de concluir la conferencia, se dejó en claro que la caminata no fue solo por el pueblo atacameño, sino por las 30 mil personas que firmaron. “Esas firmas no se van a ir al tarro de la basura ni se van a quedar en un escritorio; esas firmas son nuestro apoyo y nuestro respaldo a donde sea que vayamos”, concluyó Amelia Mamani.
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