jueves, 17 de julio de 2008

Los primeros habitantes del desierto de Atacama

Ecribe: Jean Pierre Cara J.
Antropologo
Universidad de la Veracruzana, Mexico

Hace 12 mil años atrás, cuando los hielos de la última glaciación se retiraban, llegaron los primeros habitantes a estos territorios. Eran cazadores recolectores y venían persiguiendo hordas de animales desde el norte de América. El paisaje que ocuparon era muy distinto al que ahora conocemos. Grandes lagos, caudalosos ríos y un régimen abundante de lluvias conformaban su hábitat.
En este lugar dejaron su vida errante de nómade para circunscribirse en un territorio delimitado y transformarse en seres transhumantes. Durante el verano acostumbraban a permanecer en las tierras altas, ya que la abundancia de las lluvias estivales atraía a gran cantidad de guanacos y vicuñas, por el pasto verde y tierno que nacía durante aquella época del año. En el invierno, en cambio, descendían a tierras más bajas, a una zona de profundas quebradas, en busca de abrigo y alimento.

Para cazar estos ágiles animales, luego de observar sus hábitos diarios, los rodeaban lejos de los cerros donde podían escapar con facilidad. El gran círculo humano que formaban, se reducía en la medida que avanzaban al centro, lugar donde estos camélidos finalmente eran capturados. Las presas de estos cazadores, sin embargo, no se reducían a guanacos y vicuñas sino que también a una gran variedad de aves y roedores. Asimismo, las labores de recolección complementaban su dieta o la reemplazaba cuando los cazadores no habían tenido suerte.

Por lo general, la concepción que tenemos de estos seres humanos, se enmarca en la idea de que éstos eran víctimas y esclavos de los regímenes estacionarios y cambios climáticos para obtener su sustento básico, vale decir, alimento y vestuario. Asimismo, su modo de vivir lo asociamos muchas veces a condiciones precarias de la existencia, tales como desnutrición, desconocimiento de la domesticación de semillas, poco tiempo para realizar actividades como la alfarería, textilería, metalurgia, etc.

Marvin Harris, antropólogo neo evolucionista, luego de analizar numeroso testimonio arqueológico de cazadores y recolectores de Europa central, pudo observar algunos rasgos que de alguna manera contradicen nuestra visión occidental que tenemos de aquellos primeros habitantes. Por ejemplo, el hecho de que sus huesos y dientes eran de excelente calidad, y que se hayan encontrado gran cantidad de huesos de animales en diversos mataderos paleolíticos, hace difícil conciliar la idea de que vivían al borde de la inanición.
Por otra parte, en algunas fosas funerarias hay señales que indican que estos hombres y mujeres conocían la domesticación de algunas semillas. En cuanto al poco tiempo que tenían para desarrollar actividades ajenas a la subsistencia, podemos decir que observaciones realizadas por Richard Lee a cazadores recolectores contemporáneos, como es el caso de los Bosquimanos, establecen que en una jornada laboral una mujer recolectora puede reunir comida suficiente para alimentar a su familia durante tres días y que pasaba el resto del tiempo descansando o realizando otras actividades.
En Atacama se han encontrados depósitos funerarios de cazadores recolectores donde se han encontrado indicios, los cuales señalan que aquellos habitantes ya conocían el trabajo con algunos metales.

Al parecer, los primeros habitantes no vivían en condiciones tan precarias como normalmente se ha creído. Sin embargo, si ellos conocían la domesticación de semillas, el trabajo con metales, porque no optaron por una vida mejor, o dicho de otra manera, porque no se hicieron sedentarios si tenían los conocimientos para hacerlo. Deben haber muchas explicaciones e hipótesis al respecto, como asimismo, deben existir otras teorías evolucionistas del paso del nomadismo al sedentarismo, pero porque no pensar que aquellos habitantes no se hicieron sedentarios, simplemente, porque no tenían ningún interés en hacerlo.
Estos primeros habitantes, efectivamente, vivían en la abundancia, en una sociedad opulenta, con buena alimentación, mucho tiempo libre y tal vez lo más importante: con una escasa población. Investigaciones recientes sostienen que las madres cazadoras lograban un efectivo control de la natalidad prolongando la lactancia, de esta manera, existían menos posibilidades que se reanudara la ovulación. Lo anterior también denota un marcado desarrollo ecológico de estas primeras poblaciones.

En fin, en la región de Atacama, el paso de las sociedades cazadoras recolectoras a las primeras sociedades agro pastoriles está mas bien asociada a un importante cambio climático más que a una evolución natural de la cultura. Dicho de otro modo, sólo un cambio tan dramático de la naturaleza llevó a aquellos hombres y mujeres a adoptar otras estrategias de sobrevivencia, esta vez optimizando de mejor manera los recursos, que ahora eran más escasos. Así, comenzaron un lento proceso de domesticación de la vicuña y el guanaco, y de algunas semillas, muchas de las cuales ya conocían.

Si existe un denominador común, tanto en nuestra historia colectiva como individual, es que son precisamente los periodos de crisis y conflicto los que producen innovación y cambio independientemente del juicio de valor que a éste le queramos otorgar.

1 comentario:

desierto en atacama dijo...

Interesante artículo.
Saludos.
Iván