“... Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor.
Es imposible pensar en un revolucionario autentico sin esa cualidad...
Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible...
Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización...
En nuestros casos, hemos mantenido que nuestros hijos deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; y nuestra familia debe comprenderlo y luchar por ello.
La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ...
¡¡¡ CHE !!!
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ...
¡¡¡ CHE !!!
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