lunes, 28 de septiembre de 2009

ESTOY USANDO ESTE MEDIO PARA DIFUNDIR ESTA CARTA YA QUE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MI CIUDAD SE NEGARON

Escribe:
Marcela Elizabeth Vera Sepúlveda



A través de esta carta quiero manifestar mi más absoluto repudio a una situación tan dolorosa y dramática que me ha tocado vivir en el día de ayer, 16 de septiembre de 2009, a las 14.00 hrs. Dentro del Supermercado Rabie, ubicado en calle 5 de abril de la ciudad de Chillán.

Después de ir al banco a cobrar mi pensión por invalidez, me dirigí al supermercado “CASA RABIE”. Estando dentro del recinto, fui objeto de un robo de inmensa violencia, pues, estaba yo tratando de sacar unos productos que se encontraban muy abajo en el sector de los productos congelados, para ello tuve que dejar mi cartera en el carro pues con una mano me afirmo de mi bastón y con la otra mano buscaba los productos que necesitaba, fue en ese momento, cuando se acercó un tipo que me arrebató mi cartera. Al verme impedida de quitarle mis pertenencias, me vi obligada a comenzar a gritar para que los guardias del supermercado lo detuvieran, pedí entre gritos que por favor lo atajaran en la puerta. Sin embargo, el personal que ahí labora no hizo nada, lo que permitió que el ladrón saliera huyendo, no sin antes sacar el dinero de mi pensión y lanzando mi cartera dentro del mismo supermercado. Los guardias no hicieron absolutamente nada por repeler este robo, dejándome sorprendida ante la incapacidad de reaccionar de los mismos, así como también por ver cómo abrieron paso para la huída de este delincuente.

En cuanto pude, me acerqué a los guardias y solicité que llamaran al jefe de turno del supermercado para conversar con él de esta situación, sin embargo, ahí me encontré con una negativa que hasta ahora no logro explicarme. Los guardias me dijeron que no se encontraba el jefe, por lo que solicité entonces que llamaran al 2º jefe de dicho supermercado , pero también negaron su presencia en el recinto. En instantes se acercó el jefe de seguridad conminándome a guardar silencio, sin embargo, el mismo jefe comenzó a gritarme mientras me invitaba (bajo el tono de orden) a ingresar a una oficina para evitar que el resto de los consumidores se enteraran que me habían robado dentro de este establecimiento. Me negué a semejante solicitud y pedí enseguida que llamaran a Carabineros para estampar la denuncia correspondiente y el jefe de seguridad respondió que “ya lo había hecho”, por lo que solicité que los volvieran a llamar.

Pasó más de dos horas a la espera de la presencia de Carabineros, y me di cuenta que no habían realizado ningún llamado, por lo que ya tuve que exigir que me fuera prestado un teléfono para llamar a la fuerza policial yo misma, me pasaron un teléfono y llamé. Mientras esperaba que llegara carabineros, encendí nerviosamente un cigarrillo en un pasillo fuera del local de ventas y de inmediato se dirigieron dos guardias hacia mí y me dijeron que debía apagar mi cigarro, yo respondí que no y uno de ellos me trató de indecente, mientras el otro me amenazaba con llamar a carabineros para denunciarme y para que me cursaran un parte. Yo les respondí que los llamaran pues yo los estaba esperando también. En 10 minutos carabineros ya estaba en el supermercado. En tanto, el mismo jefe de seguridad comenzó a presionar para que yo ingresara a un pasillo que él determinaba para hacer la denuncia a la policía, pues –insistía uno de los guardias de seguridad- que daba mal aspecto al resto de los clientes tener a carabineros dentro del local.

Cuando me encontraba haciendo la denuncia, me di cuenta que los jefes de local y de turno se encontraban en dependencias del supermercado, por lo que tampoco encuentro explicación lógica para la respuesta negativa que me entregaron los guardias cuando solicité hablar con ellos,
Fui tratada como una delincuente, tratando por todos los medios de ocultarme. Nunca me prestaron ayuda, jamás me ofrecieron una silla, por ejemplo, viendo ellos que camino ayudada por un bastón y que en esa situación de tremenda violencia, necesitaba sentarme un rato, tampoco me ofrecieron siquiera un vaso de agua, para calmarme al ver que todo mi sueldo se lo había llevado un delincuente. Sólo una trabajadora, por iniciativa propia, se me acercó y me ofreció agua y un poco de dinero para llegar hasta mi casa, pues en mi cartera sólo quedaron 200 pesos. Agradecí enormemente su gesto, pero exigí que el supermercado llamara un taxi y éste fuera cancelado por ellos, pues fui asaltada dentro del recinto. Esta exigencia fue avalada por Carabineros.

Antes de salir del supermercado “CASA RABIE” solicité a todos los que vieron lo que sucedió, incluyendo al personal del establecimiento, que pudieran actuar como testigos para poder entablar una querella en contra del mismo supermercado, pues fui objeto de un robo dentro de él, por lo que la empresa debe hacerse responsable, más aun cuando los mismos vigilantes actuaron con negligencia y deficiencia en el momento de los hechos. Todos se negaron a ayudarme. Por lo que solicité, entonces, los videos de las cámaras de seguridad, me informaron que “justamente” en el sector donde me robaron, las cámaras no se encontraban funcionando.

Finalmente, llegué a mi domicilio en un taxi pagado por el supermercado, después de reponerme un poco del impacto y la indignación por todo lo sucedido y, principalmente, por el mal trato del que fui objeto por parte del personal de “CASA RABIE” intenté denunciar esto en distintos medios locales, para mayor sorpresa me encontré con nuevas negativas a informar, ya que todos argumentaron que RABIE era el mayor avisador de los medios a los cuales acudí, quedando todo en impunidad y sin ninguna solución satisfactoria que recompense esta brutal experiencia.

Siento todos mis derechos vulnerados, así como mi integridad física, sicológica y económica, mismos derechos que sé tengo la obligación de defender siendo una ciudadana responsable y con valores inculcados que me permiten vivir en este país dignamente.

Marcela Elizabeth Vera Sepúlveda
Rut: 8.902.434-k

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