Escribe: Paul Fontaine
Las razones por las cuales me integré al comando de Sebastian Piñera son claras. Visualicé una oportunidad para incorporar ciertas ideas liberales progresistas al equipo ganador. Es decir, hacer realidad ideas que se generaron en el equipo económico de Marco Enríquez-Ominami que yo lideré. Estas ideas son de Chile para Chile; no le pertenecen a nadie y en buena hora si son acogidas también por Eduardo Frei, ya que esto facilitará su rápida aprobación en el Congreso. En síntesis, las medidas apuntan a hacer de Chile un país más próspero y equitativo.
El foco de esta columna fuera dar los motivos, más allá de los económicos, por los que me inclino por el candidato de la Coalición por el Cambio en vez del de la Concertación. Mi análisis lo centraré en dos aspectos: alternancia en el poder y capacidad para gobernar del candidato y sus equipos. Luego, brevemente, diré por qué no votaré por Frei.
Tengo la firme convicción de que la alternancia en el poder es una virtud en sí misma. La principal ventaja es que trae equipos nuevos, con más ganas de hacer cambios -”la escoba nueva barre mejor”-. Además, estos equipos no están capturados inicialmente por grupos de interés, con lo que son más libres para llevar a cabo reformas profundas.
Los gobernantes pueden tener ciertos compromisos con grupos de interés que perjudiquen el bien común. El candidato que está más libre de estas influencias es Sebastián Piñera; en consecuencia, podrá implementar las medidas que requiere el país para ser más próspero, justo y equitativo. Prueba de ello es el programa económico que elaboró su equipo y que incorpora ideas liberales progresistas que provienen del programa de MEO.
Se ha abierto a incorporar un aumento en el royalty a la minería, un alivio en la carga tributaria de las personas y medidas impositivas a favor de las pequeñas y medianas empresas, junto con subir los impuestos a la contaminación y el tabaco. También está abierto a analizar las demás propuestas tributarias que proponía Marco, tales como un alza en el impuesto de primera categoría y eliminar algunas exenciones tributarias, entre otras. Estos equipos, a su vez, están mirando otras medidas no tributarias que elaboró el equipo económico de MEO, que serán dadas a conocer prontamente, evidenciando su ganas de incorporar buenas ideas.
La capacidad de trabajo, preparación académica, liderazgo y visión de país de Sebastián Piñera me parecen superiores a las de Eduardo Frei. También, encuentro que su demostrada vocación de servicio público es formidable. No sólo dejó sus negocios de lado, sino que ha donado grandes sumas a obras importantes, como la Fundación Tantauco, junto con su compromiso de donar Chilevisión a una fundación, en caso de resultar electo Presidente. Luego, la profesionalización de los equipos de trabajo de Tantauco son inmejorables y se han tomado muy en serio la tarea de planificar el mejor gobierno de la historia de Chile.
Por los dos puntos antes expuestos, es mayor la probabilidad de lograr un Chile más próspero y equitativo con un gobierno de Piñera que con un segundo gobierno del senador DC.
Por último, no votaría por Frei, porque me parece que en la Concertación existen otras alternativas de candidatos a la Presidencia a los que se les debió haber dado una oportunidad. No me parece noble dar una pelea tan dura como la que dio Frei para ser “el candidato”, llegando al límite de realizar unas primarias que fueron ampliamente rechazadas por las bases.
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