Escribe: Leguayork Lulo Arias
1.- Historia y organización social.
Población La Legua es un lugar emblemático dentro de la capital de Chile, que se ubica al sur del centro de Santiago, dentro de la Región Metropolitana y específicamente, dentro de la comuna de San Joaquín. Desde un comienzo La Legua (como se le conoce habitualmente) ha estado atravesada por una serie de elementos sociales y políticos que le otorgan un carácter particular, incluso, dentro de la historia de Chile. Así, esta población -que obtiene su nombre producto de que se encuentra a una “legua” de distancia de la Plaza de Armas (centro de Santiago)-, se origina producto de 3 sucesivos asentamientos humanos durante el Siglo XX, los cuales le darían poco a poco su particularidad. El primero corresponde a una migración de obreros cesantes de la industria salitrera, que ya por los años 30 comenzaba a declinar en el norte del país, los cuales producto de esta situación fueron forzados a buscar nuevos lugares donde vivir y trabajar, llegando así a la capital. Una vez allí, se les asignaron terrenos donde comenzaron a construir las primeras viviendas de lo que se conoce hoy en día como Legua Vieja, y esto a pesar de que la situación de habitabilidad por aquel entonces, era bastante dura pues no contaban con ningún tipo de servicios básicos (agua potable, electricidad, acceso a servicios públicos, etc.). Posteriormente, en 1947 y luego de una asignación de terrenos a familias que vivían en condiciones de extrema pobreza, (450 familias aproximadamente), provenientes de tomas de terreno de varios sectores de Santiago, surge la llama Legua Nueva. Finalmente, en el año 1951 y producto de la compleja situación habitacional que enfrentaba la ciudad de Santiago, se vuelven a asignar viviendas a un grupo importante de familias, las cuales tenían desde un comienzo un carácter provisorio o de emergencia, pues las familias debían ser re-localizadas, en el mediano plazo, en otro sector de la capital; sin embargo, esto no ocurriría jamás, con lo cual se originaba el sector conocido actualmente como Legua Emergencia.
De este modo, y a partir del importante cruce de experiencias e historias entre los distintos grupos humanos que conforman la Población La Legua, es que podemos identificar desde el hoy, cómo distintas organizaciones sociales van conformando una cierta “identidad legüina” que hasta el día de hoy le da sentido a quienes la habitan, independiente del sector particular del cual son parte (Legua Vieja, Nueva o Emergencia). Así, podemos mencionar la labor del Partido Comunista, quien además de tener una sede desde hace bastantes años, siempre significó un aporte a la cohesión de los pobladores. También, son innumerables los clubes deportivos que hasta hoy existen en la población, los cuales trabajan codo a codo con las distintas organizaciones sociales de base (Juntas de Vecinos, centros culturales, grupos y colectivos de teatro y música, etc.) en función de hacer de ese espacio un lugar mejor.
Cabe recalcar la historia política que existe en La Legua, la cual está dada, como ya vimos, desde un comienzo, por la experiencia de los obreros salitreros que fundaron la población, así como también por la labor del Partido Comunista; pero más importante aún resultan ser los hechos acaecidos el día 11 de Septiembre de 1973: aquel día y tras el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, por parte de los militares comandados por Augusto Pinochet, se dio en La Legua una de las resistencias armadas a la Dictadura más importantes de las que se tenga memoria a nivel nacional. Sin duda este hecho particular ha dejado una marca en la historia y la memoria de los legüinos, no sólo por lo que significo resistir organizadamente a los embates de la naciente Dictadura Militar, sino también porque esta misma termino con la vida de muchos pobladores en enfrentamientos abiertos, así como con otros cuantos que fueron detenidos y desaparecidos -desde ese día y en adelante-, y que hasta hoy se desconoce sus paraderos.
2.- La participación comunitaria como una propuesta de transformación social.
Acercarse a la comprensión de la población La legua como fenómeno social, implica necesariamente señalar al menos un par de distinciones, la primera da cuenta de la categoría socio-económica de este sector de la ciudad, el que históricamente se presenta vulnerable y desprovisto de oportunidades. No obstante lo anterior, el alto grado de compromiso social de sus pobladores nos remite a una segunda distinción, que da cuenta de una cierta forma de ciudadanía profundamente participativa y comunitaria. En este marco, particular merito han tenido, en los últimos años el trabajo realizado por los colectivos “La Legua York” , “La Garrapata” y la corporación “Plan de Acción Solidaria”, todas estas organizaciones conformadas desde la comunidad y por pobladores de La Legua. Se destaca el trabajo de difusión cultural, el que ha sido realizado desde la radio comunitaria “La Ventana”. Junto con lo anterior, se enfatiza también el trabajo de re-escolarización de niños desertores del sistema de educación formal realizado por el proyecto de “Escuela Libre” que incluye el acompañamiento de cada uno de los estudiantes con un educador comunitario, que es vecino de la población y formado por la gestión de la propia comunidad. Entre tanto, destaca la convocatoria de un equipo de Psicólogos Social-Comunitarios, que realizó la corporación “Plan de Acción Solidaria” a fin de generar respuestas a alguna de las demandas que provienen de la “comunidad Leguina” respecto a problemáticas del orden psicosocial y que ajuicio de los pobladores no son abordados de modo efectivo por los centros de salud del sector. A partir de esta invitación es que se levanta el “Proyecto de Salud Mental Poblacional” cuyo objetivo fundamental es la formación de equipos de vecinos capacitados para gestionar estrategias de Salud Mental desde los recursos de la población.
Es así que el proyecto diseñó un curso de formación teórica basada en la propuesta de la Psicología Social-Comunitaria Latinoamericana, que permita a los pobladores que se integren a los equipos de Salud Mental Poblacional realizar un proceso de reflexión fundada en el análisis crítico a fin de re-significar las categorías que han sido naturalizadas por su uso, movilizando la conciencia y permitiendo diferenciar la necesidad inducida de aquellas que son necesidades profundas de la comunidad, proponiendo así una formación de técnicas de diagnostico con metodología participativa, diseño y aplicación de estrategia de intervención y evaluación desde las nociones que comprometen la reflexión-acción.
3.- Visto desde dentro, La Legua es una Republica Independiente.
Se podría decir que la población de La Legua es un lugar va a contra corriente de lo que sucede en la mayor parte de la capital de Santiago, con lo cual no se estaría engañando a nadie. En efecto, cuando a la población se la ve desde dentro, se aprecia que los objetos que la conforman: murales, casas, quioscos, plazas, almacenes; los sentidos enraizados en sus tradiciones: saludos, conversaciones, gritos, gestos, miradas, celebraciones; junto al tiempo que ahí se huele, parecen trastocar por completo aquel fulminante transito que el mundo de la metrópolis y su forma intentan imponer. No es casual, como se dijo anteriormente, que frente al moderno, trepidante y nuevo Santiago en el que se instaló a la población desde sus inicios, La Legua nazca Vieja; sus angostos y añejos recovecos de calles, sus gastados pasadizos, sus amplias y avejentadas casas, sus plomizas estructuras manifiestan por doquier un claro deseo de independizarse de su afuera. Ahora bien, como se sabe, la cuasi vejez mostrada por la población La Legua no es para nada casual, al contrario, es absolutamente intencional, es de hecho estratégica. Ello les permite el ejercicio de una actividad que no están dispuesto a transar: la de la política. Para nadie es una novedad el que La Legua sea un lugar político o que la mayoría de los temas entablado en la población (en una tocata, en un almuerzo, en una celebración) sean temas que de alguna u otra forma están atravesados por la política. Lo novedoso, tal vez, sea el enterarse de que aquello es posible justamente gracias a su propia historia, las relaciones fraguadas a partir de ella, sus distintas prácticas. Es por esto que en la población la Legua se prefieren los espacios públicos a los privados, las calles a las casas, los saludos cordiales a la brutal indiferencia de quien pasa a tu lado sin percatarse, el caminar calmo y pausado al rápido y veloz andar, la discusión productiva al hipócrita consenso. En fin, mirado interiormente, La Legua y su historia política ligada a procesos de empobrecimiento social, las organizaciones sociales (La Legua York”, “La Garrapata”, “Plan de Acción Solidaria ) y su activa participación, los sueños e ilusiones de la gente que la habita, no son otra cosa sino la expresión apabullante de una incansable sed de autonomía.
Población La Legua es un lugar emblemático dentro de la capital de Chile, que se ubica al sur del centro de Santiago, dentro de la Región Metropolitana y específicamente, dentro de la comuna de San Joaquín. Desde un comienzo La Legua (como se le conoce habitualmente) ha estado atravesada por una serie de elementos sociales y políticos que le otorgan un carácter particular, incluso, dentro de la historia de Chile. Así, esta población -que obtiene su nombre producto de que se encuentra a una “legua” de distancia de la Plaza de Armas (centro de Santiago)-, se origina producto de 3 sucesivos asentamientos humanos durante el Siglo XX, los cuales le darían poco a poco su particularidad. El primero corresponde a una migración de obreros cesantes de la industria salitrera, que ya por los años 30 comenzaba a declinar en el norte del país, los cuales producto de esta situación fueron forzados a buscar nuevos lugares donde vivir y trabajar, llegando así a la capital. Una vez allí, se les asignaron terrenos donde comenzaron a construir las primeras viviendas de lo que se conoce hoy en día como Legua Vieja, y esto a pesar de que la situación de habitabilidad por aquel entonces, era bastante dura pues no contaban con ningún tipo de servicios básicos (agua potable, electricidad, acceso a servicios públicos, etc.). Posteriormente, en 1947 y luego de una asignación de terrenos a familias que vivían en condiciones de extrema pobreza, (450 familias aproximadamente), provenientes de tomas de terreno de varios sectores de Santiago, surge la llama Legua Nueva. Finalmente, en el año 1951 y producto de la compleja situación habitacional que enfrentaba la ciudad de Santiago, se vuelven a asignar viviendas a un grupo importante de familias, las cuales tenían desde un comienzo un carácter provisorio o de emergencia, pues las familias debían ser re-localizadas, en el mediano plazo, en otro sector de la capital; sin embargo, esto no ocurriría jamás, con lo cual se originaba el sector conocido actualmente como Legua Emergencia.
De este modo, y a partir del importante cruce de experiencias e historias entre los distintos grupos humanos que conforman la Población La Legua, es que podemos identificar desde el hoy, cómo distintas organizaciones sociales van conformando una cierta “identidad legüina” que hasta el día de hoy le da sentido a quienes la habitan, independiente del sector particular del cual son parte (Legua Vieja, Nueva o Emergencia). Así, podemos mencionar la labor del Partido Comunista, quien además de tener una sede desde hace bastantes años, siempre significó un aporte a la cohesión de los pobladores. También, son innumerables los clubes deportivos que hasta hoy existen en la población, los cuales trabajan codo a codo con las distintas organizaciones sociales de base (Juntas de Vecinos, centros culturales, grupos y colectivos de teatro y música, etc.) en función de hacer de ese espacio un lugar mejor.
Cabe recalcar la historia política que existe en La Legua, la cual está dada, como ya vimos, desde un comienzo, por la experiencia de los obreros salitreros que fundaron la población, así como también por la labor del Partido Comunista; pero más importante aún resultan ser los hechos acaecidos el día 11 de Septiembre de 1973: aquel día y tras el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, por parte de los militares comandados por Augusto Pinochet, se dio en La Legua una de las resistencias armadas a la Dictadura más importantes de las que se tenga memoria a nivel nacional. Sin duda este hecho particular ha dejado una marca en la historia y la memoria de los legüinos, no sólo por lo que significo resistir organizadamente a los embates de la naciente Dictadura Militar, sino también porque esta misma termino con la vida de muchos pobladores en enfrentamientos abiertos, así como con otros cuantos que fueron detenidos y desaparecidos -desde ese día y en adelante-, y que hasta hoy se desconoce sus paraderos.
2.- La participación comunitaria como una propuesta de transformación social.
Acercarse a la comprensión de la población La legua como fenómeno social, implica necesariamente señalar al menos un par de distinciones, la primera da cuenta de la categoría socio-económica de este sector de la ciudad, el que históricamente se presenta vulnerable y desprovisto de oportunidades. No obstante lo anterior, el alto grado de compromiso social de sus pobladores nos remite a una segunda distinción, que da cuenta de una cierta forma de ciudadanía profundamente participativa y comunitaria. En este marco, particular merito han tenido, en los últimos años el trabajo realizado por los colectivos “La Legua York” , “La Garrapata” y la corporación “Plan de Acción Solidaria”, todas estas organizaciones conformadas desde la comunidad y por pobladores de La Legua. Se destaca el trabajo de difusión cultural, el que ha sido realizado desde la radio comunitaria “La Ventana”. Junto con lo anterior, se enfatiza también el trabajo de re-escolarización de niños desertores del sistema de educación formal realizado por el proyecto de “Escuela Libre” que incluye el acompañamiento de cada uno de los estudiantes con un educador comunitario, que es vecino de la población y formado por la gestión de la propia comunidad. Entre tanto, destaca la convocatoria de un equipo de Psicólogos Social-Comunitarios, que realizó la corporación “Plan de Acción Solidaria” a fin de generar respuestas a alguna de las demandas que provienen de la “comunidad Leguina” respecto a problemáticas del orden psicosocial y que ajuicio de los pobladores no son abordados de modo efectivo por los centros de salud del sector. A partir de esta invitación es que se levanta el “Proyecto de Salud Mental Poblacional” cuyo objetivo fundamental es la formación de equipos de vecinos capacitados para gestionar estrategias de Salud Mental desde los recursos de la población.
Es así que el proyecto diseñó un curso de formación teórica basada en la propuesta de la Psicología Social-Comunitaria Latinoamericana, que permita a los pobladores que se integren a los equipos de Salud Mental Poblacional realizar un proceso de reflexión fundada en el análisis crítico a fin de re-significar las categorías que han sido naturalizadas por su uso, movilizando la conciencia y permitiendo diferenciar la necesidad inducida de aquellas que son necesidades profundas de la comunidad, proponiendo así una formación de técnicas de diagnostico con metodología participativa, diseño y aplicación de estrategia de intervención y evaluación desde las nociones que comprometen la reflexión-acción.
3.- Visto desde dentro, La Legua es una Republica Independiente.
Se podría decir que la población de La Legua es un lugar va a contra corriente de lo que sucede en la mayor parte de la capital de Santiago, con lo cual no se estaría engañando a nadie. En efecto, cuando a la población se la ve desde dentro, se aprecia que los objetos que la conforman: murales, casas, quioscos, plazas, almacenes; los sentidos enraizados en sus tradiciones: saludos, conversaciones, gritos, gestos, miradas, celebraciones; junto al tiempo que ahí se huele, parecen trastocar por completo aquel fulminante transito que el mundo de la metrópolis y su forma intentan imponer. No es casual, como se dijo anteriormente, que frente al moderno, trepidante y nuevo Santiago en el que se instaló a la población desde sus inicios, La Legua nazca Vieja; sus angostos y añejos recovecos de calles, sus gastados pasadizos, sus amplias y avejentadas casas, sus plomizas estructuras manifiestan por doquier un claro deseo de independizarse de su afuera. Ahora bien, como se sabe, la cuasi vejez mostrada por la población La Legua no es para nada casual, al contrario, es absolutamente intencional, es de hecho estratégica. Ello les permite el ejercicio de una actividad que no están dispuesto a transar: la de la política. Para nadie es una novedad el que La Legua sea un lugar político o que la mayoría de los temas entablado en la población (en una tocata, en un almuerzo, en una celebración) sean temas que de alguna u otra forma están atravesados por la política. Lo novedoso, tal vez, sea el enterarse de que aquello es posible justamente gracias a su propia historia, las relaciones fraguadas a partir de ella, sus distintas prácticas. Es por esto que en la población la Legua se prefieren los espacios públicos a los privados, las calles a las casas, los saludos cordiales a la brutal indiferencia de quien pasa a tu lado sin percatarse, el caminar calmo y pausado al rápido y veloz andar, la discusión productiva al hipócrita consenso. En fin, mirado interiormente, La Legua y su historia política ligada a procesos de empobrecimiento social, las organizaciones sociales (La Legua York”, “La Garrapata”, “Plan de Acción Solidaria ) y su activa participación, los sueños e ilusiones de la gente que la habita, no son otra cosa sino la expresión apabullante de una incansable sed de autonomía.
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